Los dados dicen que sociedades corruptas hacen personas deshonestas

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PENG/WIKIMEDIA
Europa Press Ciencia
Actualizado: jueves, 10 marzo 2016 13:25

   MADRID, 10 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Las sociedades en que vivimos pueden tener una influencia directa sobre el grado de honestidad de las personas, de acuerdo con una investigación de la Universidad de Nottingham.

   El estudio 'La honestidad intrínseca y la prevalencia de las Violaciónes de la Ley través de las sociedades' encontró que las personas de las sociedades más corruptas son propensas a ser más deshonestas que los de las sociedades en las que romper las reglas está mal visto.

   El experimento se llevó a cabo en 23 países diferentes, que difieren fuertemente en los niveles de corrupción. Más de 2.500 personas se pusieron a prueba para ver lo honestas que serían en una situación en la que la gente podía mentir sin ser descubierta.

   En el experimento, las personas estaban sentados en una cabina aislados y se les pidió tirar un dado dos veces. Se les pidió entonces informar acerca de qué número había salido en primer lugar. Se les dijo que recibirían un incentivo en efectivo dependiendo de lo alto que fuera el número sacado al tirar el dado.

   El estudio fue dirigido por Simon Gaechter, profesor de Psicología de la Toma de Decisiones de la Escuela de Economía de la Universidad de Nottingham y Jonathan Schulz, ahora en la Universidad de Yale (EE.UU.).

   "Si la gente era honesta, entonces todos los números serían igualmente probables" dijo el profesor Gaechter. "Ellos tenían incentivos financieros para reportar siempre el número más alto. Esto era completamente privado, nadie podía verles y se les pagaba, sin hacer preguntas. Era imposible determinar si están mintiendo, a menos que lo dijeran".

   "No podemos decir si cada individuo era honesto o no, pero en un grupo de personas, podemos juzgar esto basándonos en las leyes de la estadística. Hemos observado que los números más altos son mucho más probables de lo que serían si todo el mundo informase del número real salido en el dado. Curiosamente, sin embargo, no se observa que todo el mundo comunicase el número más alto, que gana más dinero. Homo economicus siempre informaría de que ha obtenido el número más alto - pero no es lo que la gente hizo". Homo economicus es un término que describe el ser humano racional asumido por algunos economistas cuando se derivan, explican y verifican las teorías y modelos.

   "Lo que quedó inmediatamente claro a partir de los resultados fue que la gente, a pesar de algunas trampas evidentes, es sorprendentemente honesta en todo el mundo, dado que en este experimento podrían engañar al máximo con impunidad. Esto es obviamente una cosa positiva, ya que no nos vemos un nivel de engaño flagrante en un solo país".

   "A pesar de la falta de flagrante mentira, sin embargo, las personas tienen una tendencia a engañar un poco. Por ejemplo, a las personas se les pide que tiren el dado dos veces, pero en lugar de informar del primer número conforme a lo solicitado, tienden a comunicar el resultado más alto de las dos tiradas. Esto implica otro patrón de los datos, en gran medida coherente con el comportamiento real de las personas en todo el mundo.

   "Pero hay diferencias interesantes entre los países: la gente de las sociedades donde había altos niveles de corrupción - fraude político, malversación política y engaño, etc., informaron de tiradas superiores a las reales (es decir, eran más deshonestos) que las personas en una sociedad, como el Reino Unido, donde hay poca corrupción.

   "La gente compara su falta de honradez con lo que ellos piensan que es justificable en su sociedad y por lo que están rodeados en su vida diaria. Una teoría psicológica de estos resultados es que la gente quiere mantener una imagen positiva de ser una persona honesta, y por lo tanto estafará sólo un poco a su favor, lo que les permite mantener su auto-imagen positiva.

   Los autores concluyen que las instituciones débiles, que permiten una gran cantidad de corrupción y otras violaciónes de las reglas, no sólo tienen consecuencias económicas adversas en las sociedades, sino que también afectan a la honestidad intrínseca de las personas.

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