MADRID, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Texas
(EEUU) en ovejas --publicado en la última edición de la revista
Alcoholism: Clinical & Experimental Research -- investiga si el
consumo de alcohol durante el equivalente al tercer trimestre de
embarazo en seres humanos, resulta en una alteración de la función
tiroidea maternal o fetal.
Para asegurar un desarrollo fetal normal, la madre y el feto deben
contribuir, durante el tiempo de gestación, a aportar niveles
adecuados de hormona tiroidea. De lo contrario, se puede producir
defectos cerebrales, algunos de los cuales recuerdan a los que se
detectan en niños que padecen el llamado síndrome fetal de alcohol.
Algunos investigadores especulan que el alcohol puede mediar en
los defectos del nacimiento al inducir condiciones de hipotiroidismo
en el útero. Los autores del presente estudio señalan que la hormona
tiroides desempeña una importante función en el crecimiento, en el
desarrollo y en el funcionamiento de otras hormonas y órganos.
A comienzos del desarrollo, antes de que el feto sea capaz de
producir hormona tiroidea, la hormona tiroidea materna cruza la
placenta para influir en el desarrollo fetal. Posteriormente, cuando
se necesitan mayores concentraciones para el desarrollo normal del
feto, se necesita una contribución del mismo feto para crear
suficientes concentraciones.
Los autores del presente estudio han observado que las anomalías
cerebrales encontradas en los niños expuestos a concentraciones
anormalmente bajas de la hormona tiroidea durante el desarrollo fetal
son similares a las detectadas en niños expuestos a alcohol en el
útero. Así, los niños nacidos de madres con escasa aportación
tiroidea, suelen registrar índices menores de inteligencia, atención,
lenguaje, capacidad de leer y rendimiento escolar, cuando se comparan
con niños nacidos de madres con la función tiroidea normal.
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(EUROPA PRESS)
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