MADRID, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las hembras de una variedad determinada de mantis religiosa atraen a los machos cuando tienen hambre, y los devora antes de mantener relaciones sexuales con ellos.
Un estudio de la bióloga de la Universidad Mcquarie (Australia), Katherine Barry, publicado en 'Proceedings of the Royal Society B', contradice así algunas de las teorías existentes sobre este insecto, que se mantenían desde hace mucho tiempo.
Por ejemplo, hasta ahora se creía que eran las mantis hembras mejor alimentadas, aquellas que producen más huevos y con más feromonas, las que atraen a más machos. Sin embargo, el estudio echa por tierra esta creencia y señala que son las más hambrientas las que producen más feromonas y, por tanto, las más seductoras. Para ellas, atraer a más machos significa atraer más comida, resolviendo así el problema del hambre.
Para probar su idea, la investigadora capturó varias hembras y las colocó en jaulas de malla que las mantuvieron separadas y ocultas de los machos, que fueron introducidos más tarde. En primer lugar, alimentaba a las hembras con diferentes cantidades durante un período de tiempo, haciendo que tuvieran cuatro niveles diferentes de alimentación: bueno, regular, malo y muy malo. Cuando se introdujeron los machos, Barry contó cuántos fueron atraídos y a qué grupo de hembras.
En el estudio de los datos encontró que los machos fueron atraídos en su mayoría por los grupos calificados como bueno, regular y malo. Pero el muy malo atrajo a más del doble de los atraídos sólo por el grupo bueno
Por lo tanto, la hembra hambrienta claramente condujo a una atracción más fuerte en los machos, lo que, para la bióloga es "impresionante teniendo en cuenta que tales hembras tienden a producir muy pocos huevos y, por tanto, descendencia". "En lugar de producir huevos, las hembras producen más feromonas para atraer a más hombres que son comida", ha añadido Barry.
Como nota adicional, Barry ha indicado que las mantis hambrientas evitan habitualmente la cópula mordiendo la cabeza y las patas delanteras del macho para evitar que se monte. Pero aún así, debe luchar con el macho, ya que éste tiene un cerebro adicional en su abdomen. "Es sólo después de su muerte que ella se lo come", ha concluido.
@CIENCIAPLUS