Los opiáceos tomados por enfermos de cáncer en estado avanzado pueden provocar neurotoxicidad

Actualizado: lunes, 19 marzo 2001 13:33


BARCELONA, 19 Mar. (EUROPA PRESS) -

El 72 por ciento de pacientes en estado avanzado de cáncer,

atendidos por equipos de Cuidados Palialivos, toma opiáceos muy

potentes, que en algunos casos pueden llegar a provocarles efectos

secundarios, según un estudio realizado recientemente en Catalunya.

La mayoría de estos enfermos, un 96 por ciento, reciben fármacos

derivados de la morfina. Los opiáceos suelen provocar toxicidad

cuando se administran en altas dosis, en casos de deshidratación del

paciente, de insuficiencia renal y en colectivos de personas de edad

avanzada, entre otros factores. Según explicó el doctor Josep Porta,

jefe de Endocrinología del Hospital de la Santa Creu de Vic, en las

'VI Jornadas de Actualización en Medicina UP Date 2001' que hoy se

clausuran en Barcelona, la neurotoxicidad por opiáceos se caracteriza

porque los pacientes pueden llegar a presentar "alucinaciones,

delirium o convulsiones".

En este sentido, el especialista alertó que "estos efectos

secundarios deben tratarse de forma adecuada, porque pueden conducir

a la muerte prematura del enfermo". Según Porta, las principales

soluciones para combatir este problema pasan por hidratar el

paciente, reducir las dosis de opiáceos o aplicar una rotación de los

fármacos. En el caso de la morfina, la más utilizada por los equipos

de cuidados paliativos, ésta puede sustituirse por metadona o

fentanil, explicó el experto, que añadió que los síntomas de

neurotoxicidad "se pueden llegar a confundir con situaciones de dolor

y sufrimiento en el paciente".

En este sentido, Porta insistió en "identificar los grupos de

riesgo, las situaciones derivadas por efectos secundarios de los

medicamentos e hidratar y rotar los opiáceos para revertir este

problema". Por otra parte, el 23 por ciento de los enfermos atendidos

por equipos de Cuidados Paliativos son sedados en los últimos días de

vida. Según un estudio multicéntrico realizado en Catalunya, los

médicos recurren a aplicar estos tratamientos por el dolor, el

sufrimiento y las dificultades respiratorias que presentan los

pacientes.

De los 2.014 enfermos que participaron en esta investigación, 486

fallecieron y 112 fueron sedados. La aplicación de fármacos como

morfina, midazolam y haloperidol, permitieron alargar la vida de los

pacientes dos días más, indicó Porta. Respecto a la toma de

decisiones, el 45,6 por ciento de enfermos y el 98,2 por ciento de

los familiares intervinieron en el proceso. Este experto insistió en

la necesidad de que los médicos "tengan ciertas habilidades de

comunicación con el paciente para conocer sus necesidades sociales y

espirituales y así poder acompañarlo en su proceso hacia la muerte".

Además, subrayó la importancia de "realizar un buen control de los

síntomas que presenten los enfermos".
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(EUROPA PRESS)

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