MADRID, 11 Ago. (EUROPA PRESS)
La Agencia Espacial Europea (ESA) se prepara esta semana para uno de los momentos más importantes de la misión Rosetta. Después de que la nave despertara tras una década de viaje y del aterrizaje de Phiale, la misión va a vivir este jueves la llegada al perihelio --el punto más cercano al Sol de una órbita-- del cometa 67P.
Este momento tan esperado por los científicos ya se está notando en la roca, que ha protagonizado estos días un crecimiento de su actividad, con un evento que la ESA ha descrito como un "arrebato dramático" que, incluso ha empujado el viento solar entrante.
Esto se debe a que, en los últimos meses, el aumento de la energía solar ha estado calentando los hielos congelados del cometa, convirtiéndolos en gas, que se derrama en el espacio arrastrando el polvo junto con él.
La agencia espacial destaca que el período alrededor perihelio es científicamente muy importante, ya que la intensidad de la luz del Sol aumenta y hay partes del cometa que hasta ahora había estado en la oscuridad durante años y que, ahora, se inundarám con la luz de la estrella.
Aunque se espera un gran pico en la actividad general del cometa en las próximas semanas, las siguientes perihelio, los científicos explican que los arrebatos pueden ser repentinos e impredecibles y que pueden ocurrir en cualquier momento, como ya se ha visto antes en la misión.
DESCUBRIMIENTO DE LA CAVIDAD DIAMAGNÉTICA
El 29 de julio, Rosetta observó la explosión más dramática de 67P registrada hasta ahora. Estos datos han sido captados por varios de sus instrumentos, desde los 186 kilómetros de distancia a los que se encuentra de la roca.
Estos instrumentos han fotografiado el estallido en erupción desde el núcleo del cometa y han sido testigos de un cambio en la estructura y composición del medio ambiente de la coma (cola) gaseosa de 67P, y se detectaron mayores niveles de impactos de polvo. Tal vez lo más sorprendente encontrado por Rosetta es que la explosión había empujado el viento solar lejos del campo magnético alrededor del núcleo.
Además, una secuencia de imágenes tomadas por la cámara científica OSIRIS de Rosetta muestra la aparición repentina de un característico chorro de energía que emerge del lado del cuello del cometa. Fue visto por primera vez en una imagen y se desvaneció de manera significativa en una imagen capturada 18 minutos más tarde.
El equipo de cámara calcula que el material expulsado en el chorro se desplazaba a unos 10 metros por segundo, como mínimo, pero no descartan que sea mucho más rápido.
