Nuevo dinosaurio acorazado con cola en forma de garrote azteca

El extremo de su extraña cola se asemeja a una fronda de helecho o a un macuahuitl, el temido garrote de guerra utilizado por los antiguos aztecas. - FELIPE POGA
Actualizado: jueves, 2 diciembre 2021 10:54

   MADRID, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -

   Un enigmático fósil asombrosamente preservado descubierto en Chile ha revelado la existencia de una nueva especie de dinosaurio acorazado con una extraña arma en su cola.

   Se trata de un linaje hasta ahora desconocido de este tipo de dinosaurios, con características asociadas tanto a los estegosaurios como a los anquilosaurios.

   Sergio Soto y Alexander Vargas, investigadores de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, encabezaron la identificación de Stegouros elengassen, especie de unos 74 millones de años encontrada en la Patagonia chilena que ha sido calificado como la "Piedra Rosetta" de los anquilosaurios del Hemisferio Sur, un eslabón evolutivo que plantea reconocer a este grupo como Parankylosauria ("al lado de los Ankylosauria") y distinguirlos de sus parientes del Hemisferio Norte.

   En febrero de 2018, un equipo de paleontólogos extrajo con mucha dificultad un bloque de roca con algunos huesos fósiles expuestos en un cerro de una inhóspita zona de la Región de Magallanes cercana al parque nacional de las Torres del Paine. La pieza fue trasladada al Laboratorio de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile, en Santiago, lugar donde comenzó a develarse un asombroso descubrimiento. Uno de los primeros hechos que maravillaron a los investigadores fue la extraordinaria preservación del fósil que fueron sacando a la luz, después de 74 millones de años, a medida que se removía lentamente la roca. Prácticamente encontraron todos los huesos del espécimen y la zona posterior estaba íntegra y completamente articulada, incluida su extrañísima cola.

COMO EL GARROTE DE GUERRA DE LOS AZTECAS

   Fue esta pieza la que desde un principio llamó más la atención del equipo de investigación, ya que no se parecía a la de ningún dinosaurio conocido hasta la fecha. En su mitad posterior, poseía siete pares de huesos dérmicos proyectados lateralmente que le daban un aspecto similar a una fronda de helecho o a un macuahuitl, el temido garrote de guerra utilizado por los antiguos aztecas.

   La rareza de esta cola permitió identificarlo claramente como un nuevo tipo de dinosaurio acorazado, un hallazgo publicado ahora en Nature.

   La particular especie, cuyo largo habría estado en torno a los 2 metros, fue nombrada como Stegouros elengassen. Respecto al significado de esta denominación, los investigadores explican que Stegouros se traduce como "cola techada"; mientras que elengassen es el nombre de un mítico monstruo acorazado en la tradición del pueblo nativo local Aonik'enk, conocidos también como patagones o tehuelches del sur.

   La extraordinaria preservación del fósil permitió, además, identificar que Stegouros tenía características asociadas tanto a los estegosaurios como a los anquilosaurios, como si se tratara de una singular especie híbrida. Alexander Vargas describe que "los espectaculares estegosaurios se encuentran entre los dinosaurios más reconocibles, tanto por sus famosas placas dorsales verticales como por su arma en la cola con púas pareadas. Los anquilosaurios avanzados, en cambio, son famosos por sus anchas espaldas acorazadas por filas de osteodermos, y por tener una enorme maza redondeada en el extremo de la cola. Claramente, el arma de la cola en nuestro dinosaurio era ninguna de las anteriores".

   El estudio, detalla en un comunicado Sergio Soto, permitió determinar que el espécimen se trataba de un anquilosaurio transicional, "es decir, un eslabón evolutivo entre los anquilosaurios y otros linajes más antiguos de dinosaurios acorazados. Stegouros tiene solo algunos de los rasgos que normalmente se encuentran en anquilosaurios, particularmente en el cráneo, pero muchos otros están ausentes. También tiene algunos rasgos parecidos a los estegosaurios, heredados desde un ancestro común con ellos, pero que otros anquilosaurios perdieron en la evolución".

   Es por esto que los investigadores sostienen que el hallazgo representa una verdadera "Piedra Rosetta" de este grupo de animales, una pieza que permite dar sentido a la evolución de los pocos restos identificados como anquilosaurios en el Hemisferio Sur.

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