Innova.- AIMPLAS investiga el desarrollo de fibras de plástico biodegradables para el sector del envase y la agricultura

VALENCIA 3 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS), miembro de la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana (REDIT) coordina un proyecto de I+D+I europeo con el objetivo de desarrollar fibras de plástico biodegradables para la industria del envase y la agricultura, informaron fuentes de la Generalitat.

El aumento de la demanda de materiales plásticos para aplicaciones en envase y agricultura, que se sitúa en 2 millones de toneladas anuales en España, genera una gran cantidad de residuos plásticos cuya reutilización no siempre es posible.

Las exigencias de calidad han generalizado el uso de productos complejos constituidos por varios materiales imposibles de reciclar. En otras ocasiones, la reutilización no es posible porque el consumo energético necesario para el reciclaje de los materiales es más alto que el que se requiere para producir un material nuevo.

Para hacer frente a esta situación, el uso de productos biodegradables se presenta como una solución técnicamente viable con ventajas desde el punto de vista económico, medioambiental y legislativo, que permite encontrar una salida ecológica a la gestión de los residuos plásticos.

El objetivo del proyecto PICUS es desarrollar un plástico que se biodegrade tras su uso y, en el caso de las aplicaciones para el sector agrícola como las cuerdas para invernaderos, que pueda ser utilizado como compostaje para la tierra.

Los productos empleados actualmente impiden que el residuo generado, una vez finalizada la cosecha, se emplee para el compostaje, ya que el resultado sería un compost contaminado con restos de plástico no biodegradable. Por este motivo, en muchas ocasiones se gestionan estos desechos mediante alternativas poco respetuosas con el medio ambiente como son quemar o enterrar los residuos de plantas contaminados, o depositarlos en vertederos.

La solución que se aporta desde el proyecto es el desarrollo de cuerdas para cultivos de invernadero que combinen la biodegradabilidad y bajo coste de eliminación de cuerdas fabricadas con fibras naturales, con las buenas propiedades, altas posibilidades de diseño, y las ventajas técnicas de producción de las cuerdas sintéticas (más flexibles y económicas).

Algunas aplicaciones del sector el envase, como las redes sintéticas para embalaje de alimentos y otros productos, también provocan un impacto negativo sobre el medioambiente. Habitualmente se tiran mezcladas con otros desechos domésticos orgánicos, causando posteriores problemas en la gestión de residuos. El resultado es, de nuevo, un compost contaminado con bajo valor comercial.

Para evitar esta situación, desde el proyecto PICUS se desarrollarán fibras biodegradables para productos agrícolas, productos marinos y productos no comestibles, con las mismas propiedades mecánicas que poseen las redes fabricadas con fibras sintéticas, pero sin sus problemas de eliminación de desechos.

Por tanto, las nuevas fibras tendrán las propiedades físicas y mecánicas que se requieren para un uso y producción óptimos pero sufrirán una biodegradación completa en condiciones de compostaje, ofreciendo así una mejor solución medioambiental.

El proyecto está financiado por la Comisión Europea bajo el 6º Programa Marco y cuenta con un presupuesto de más de 1 millón de euros. En él participan empresas y centros de investigación de Alemania, Italia, Francia, y Reino Unido, y las empresas alicantinas Agrícola Alicantina S.A, Hilaturas Macià S.L. y Abonos Orgánicos Nacionales.

AIMPLAS, que actúa como coordinador, tiene un importante papel en el desarrollo del material y, especialmente, en la fabricación en planta piloto de los productos, así como en su evaluación medioambiental, económica y legislativa.

Debido al alcance que PICUS tendrá a nivel europeo, además de reducir el impacto de los residuos generados por los plásticos sintéticos en cuerdas y redes, se conseguirán destacados beneficios de carácter económico y social como son optimizar los costes de producción de los agricultores, incrementar el mercado de materiales biodegradables, y contribuir a la conservación del medio ambiente, según las mismas fuentes.