El agente acusado de torturas niega haber golpeado al detenido cuando estaba esposado en el calabozo

El vecino, que sufrió 28 lesiones, mantiene que le "atizó" con la porra repetidamente en dependencias policiales

Juicio por presuntas torturas y agresión a la autoridad ocurridas en Jávea
EUROPA PRESS
Europa Press C. Valenciana
Actualizado: lunes, 26 noviembre 2012 16:25

ALICANTE, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -

El agente de Policía Local de Jávea (Alicante) acusado por presuntas torturas a un vecino del municipio ha negado este lunes ante el juez que golpeara al detenido cuando estaba esposado en el calabozo. En este sentido, ha asegurado que los agentes que intervinieron en la detención de este vecino tuvieron que usar sus porras reglamentarias porque el afectado "estaba muy agresivo" y se resistía "fuertemente" a su arresto.

En la primera vista del juicio que la sección tercera de la Audiencia Provincial de Alicante sigue hasta el miércoles, el vecino, un arquitecto de profesión que a su vez está acusado por resistencia a la autoridad y lesiones, ha relatado que después de su arresto, el citado agente le "atizó" repetidamente con la porra mientras estaba esposado en los calabozos de la Policía Local y le provocó hasta 28 lesiones, principalmente en la espalda.

Los hechos se produjeron sobre las 5.40 horas del día 18 de diciembre de 2005, cuando el vecino afectado caminaba junto a la playa del Arenal de Jávea acompañado por su mujer y unos amigos, y presenció una actuación de la Policía Local en la avenida de la Libertad de Jávea, donde se había producido una pelea callejera sin relación con los hechos.

El afectado, que en ese momento portaba un botellín de cerveza en una mano, fue requerido por uno de los agentes, que le informó de que no podía consumir alcohol en la calle, y ante la negativa de éste, quiso quitarle el botellín, según han coincidido en relatar los dos acusados.

No obstante, las dos partes difieren sobre lo ocurrido a partir de ese momento, ya que el vecino ha asegurado que los agentes "desde el primer momento" le propinaron numerosos golpes con las porras reglamentarias, y ha negado que en respuesta él agrediera a los agentes.

Según su relato, los policías a continuación lo condujeron al retén, donde el agente denunciado insistió en quedarse a solas con él y presuntamente le pegó repetidamente con la porra, principalmente en la espalda, mientras permanecía con las manos esposadas a la espalda.

CUARTEL DE ROQUETAS DEL MAR

Este mismo agente, según el testimonio del detenido, cuando le pegaba supuestamente se refirió "muy chulo" a los hechos ocurridos en el cuartel de la Guardia Civil de Roquetas del Mar (Almería), --donde en 2004 y 2005 fueron denunciados varios casos por presuntas torturas a detenidos--, extremo que ha sido también negado por el funcionario, quien ha señalado ante la sala que "ésa no es" su "manera de actuar".

En su defensa, el agente denunciado por torturas ha detallado que el afectado mantuvo un forcejeo por el botellín con otro agente, y eso dio inicio a un enfrentamiento con la policía en el que el vecino se mostró "muy violento y agresivo".

Según ha indicado, este hombre dio puñetazos a varios policías que resultaron lesionados y fueron necesarios "cinco agentes" que tuvieron que "emplearse" y utilizar sus porras para conseguir reducirlo". Prueba de ello, según ha añadido, son los siete golpes que él recibió, y las patadas y puñetazos que recibió su compañera.

Por ello, el agente ha considerado que las lesiones que constan en el parte del afectado fueron producidas en el transcurso de su detención. "Cada vez que me daba, yo le daba con la defensa (porra), él me daba puñetazos, yo le esquivaba y le daba en el lateral, que es la técnica para no darle en la cabeza", ha detallado el policía sobre el enfrentamiento durante la detención.

Una vez en el retén de policía, ha indicado que allí estuvieron "sólo dos minutos" y ha asegurado que no golpeó al detenido y que "nunca" se quedó a solas con él. "Había hasta 17 agentes allí en ese momento, porque era el cambio de servicio", ha apuntado.

PETICIÓN DEL FISCAL

El fiscal pide para el agente una pena de cuatro años y medio de prisión y otros 10 años de inhabilitación absoluta por un delito de torturas no graves y otro de lesiones, mientras que para el vecino pide un año y medio de prisión por un delito de atentado contra la autoridad, y cerca de 1.400 euros por las faltas de lesiones a tres agentes que intervinieron en su arresto, y que resultaron heridos.

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