AVA-Asaja advierte de las "graves consecuencias" de los injertos o plantaciones ilegales de cítricos protegidos

Actualizado: miércoles, 24 junio 2009 13:38

VALENCIA, 24 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) advirtió hoy a los citricultores sobre las "graves consecuencias" penales y civiles que supone el uso de injertos ilegales con variedades o las plantaciones con pies citrícolas protegidos debido a que se ha "entrado en una nueva era marcada por los royalties y los derechos del obtentor y, como ya ocurre, con algunas verduras, flores y frutas hay que adaptarse a la nueva situación", según señaló en un comunicado el presidente de la organización agraria, Cristóbal Aguado.

Explicó que, frente a la dinámica consolidada en el pasado, en la que los productores abordaban la reconversión sin mayor preocupación que la variedad a elegir, "la nueva regulación supone que no sólo es obligatorio injertar o plantar material con certificado fitosanitario sino que además ahora se debe aceptar en muchos casos las condiciones de explotación que impone su propietario industrial".

Al respecto, indicó que en los 48 casos de cítricos y en los que en próximas fechas se incorporarán al registro, es el obtentor o licenciatario el que se encarga de especificar las condiciones en las que se podrá producir su variedad o patrón. De esta forma --advirtió-- "los poseedores de los derechos de un cítrico protegido están legitimados para actuar legalmente contra todos aquellos que injerten o planten sin su consentimiento".

En las compras de material vegetal protegido, señaló que, además del albarán en el que se concreta el precio de cada planta o pie con sus correspondientes derechos, el viverista licenciatario suele hacer firmar al comprador un contrato de "no propagación y no comercialización" de las plantas o yemas adquiridas.

Este documento informa al citricultor adquiriente de las consecuencias penales, de prisión incluso, en las que se podía incurrir en el caso de violar tal contrato, que podría ser, por ejemplo, cambiando la ubicación física del material vegetal. Algunos de los contratos establecen al respecto una indemnización de hasta 300.000 euros por los "daños y perjuicios causados al obtentor".

Aguado afirmó que en los escritos también se advierte al comprador de que "queda informado y acepta" que el cítrico o pie en cuestión no tiene garantizado un determinado comportamiento agronómico. Por ello, alertó de la proliferación de algunos cítricos que han sido evaluados en el extranjero, y no por el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y cuyo desarrollo podría ser "cuestionable".

"Últimamente algunos se están trayendo mandarinas o naranjas que se venden como revolucionarias y que se ofrecen a precio de oro pero cuyo futuro podría no estar del todo claro", alertó Aguado, quien sugirió a los productores que lean muy atentamente la letra pequeña de estos contratos y, en concreto, las cláusulas referidas a las condiciones y limitaciones en la producción o comercialización de estos cítricos protegidos.