VALÈNCIA, 13 May. (EUROPA PRESS) -
Bioparc València vive un "baby boom" durante el estado de alarma, ya que en menos de una semana han nacido dos blesbok, una camada de mangosta rayada, una pollada de pato colorado, dos nuevas
crías de gacelas Mhorr, un dik dik de Kirk y un bongo oriental.
Nunca se habían recibido con tanta alegría los nacimientos
primaverales como en este atípico 2020. El parque se llena de vida con las últimas incorporaciones de dos blesbok (Damaliscus pygargus phillipsi), un antílope que se caracteriza por las llamativas marcas blancas en sus rostro que contrasta con el marrón rojizo de su cuerpo.
Su nombre proviene de la unión de dos palabras holandesas: 'bles' (mancha blanca) y 'bok' (cabra macho). Ambas crías son
hijos de un joven macho, 'Kees', que llegó a València en 2019 procedente de Gaia ZOO (Kerkrade, Holanda).
Una de las madres, 'Ella', se trasladó en 2008 desde el zoológico y jardín botánico Wilhelma, (Stuttgart, Alemania), mientras que la otra, 'Eva', empezó su vida en el parque valenciano en 2009. Con apenas unos días de diferencia han nacido los dos chivos: uno es un macho y del segundo todavía se desconoce el sexo.
Las dos madres ya han parido anteriormente en València y el
proceso está evolucionando con total normalidad. El periodo de lactancia en esta especie suele durar cuatro meses y las crías permanecen con sus madres todo este tiempo.
Otra de las señas de identidad de los blesboks es que ambos sexos poseen cuernos largos y curvados, en forma de lira, algo mayores en los machos, destaca Bioparc en un comunicado.
EN PELIGRO DE EXTINCIÓN EN EL XIX
Incluidos en la lista roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), estuvieron en grave peligro
de extinción en el XIX por la caza masiva, que redujo su población en la naturaleza a solo unos dos mil individuos.
Gracias al esfuerzo conservacionista, muchas poblaciones se
han recuperado y hoy se encuentran en una situación estable. El rebaño que alberga Bioparc se incluye en un programa internacional de preservación de la especie.
Los blesboks están en uno de los recintos multiespecie más admirados del parque, el que recrea la sabana, donde conviven con jirafas, aves como los jabirús, el ibis sagrado y la cerceta del Cabo y otras tres especies de antílopes, kobos, impalas y gacelas de Thomson.
Aunque resultan más complicados para el equipo técnico por el difícil manejo de los animales, los espacios resultan estimulantes para el bienestar de las distintas especies, pues les permite interactuar y establecer comportamientos lo más similares posible a los que tendrían en su hábitat.
Desde el estado de alarma han nacido otros antílopes como un dik dik de Kirk, un bongo oriental y dos gacelas Mhorr, estas dos especies en peligro crítico extinción, una camada de mangosta rayada y una pollada de pato colorado (Netta Rufina). Esta especie es un llamativo anátido migratorio que, tras la puesta y cuidado de los polluelos, se identifican con una anilla para que continúen con su viaje.