Los capuchinos abren mañana una hospedería y un museo del vidrio en su convento de l'Olleria del siglo XVI

Actualizado: lunes, 8 marzo 2010 19:11

VALENCIA, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -

La orden religiosa de los Capuchinos inaugurará mañana en su convento de la localidad valenciana de l'Olleria una hospedería, así como una decena de espacios expositivos abiertos al público, entre los que figuran un museo etnológico y otro del vidrio, con piezas desde el siglo XVI, según informó el Arzobispado en un comunicado.

Las nuevas dependencias, entre las que también hay muestras de cuadros, fotos y cerámica, han sido acondicionadas por la propia comunidad de religiosos del convento, tras un año y medio de trabajo. El superior provincial de los Capuchinos, Cayetano Martínez, presidirá mañana a las 11.00 horas la inauguración, en la que también está previsto que participen autoridades del Ayuntamiento de l'Olleria.

La hospedería, que cuenta con comedor, sala de reuniones y de televisión, así como habitaciones con baño para 23 personas, ofrecerá alojamiento a un precio de 22 euros o de 25 con desayuno, según explicó el capuchino Víctor Jarque.

Por su parte, las áreas expositivas estarán abiertas al público gratuitamente de 10 a 13 horas y de 16 a 19 horas todos los días de la semana.

El museo del vidrio contiene 600 piezas de los siglos XVI al XX, como floreros de dos metros de altura, vasos o saleros. La mayoría de las piezas proceden de conventos capuchinos valencianos, mientras que otras son donaciones de particulares y de una de las fábricas de vidrio de l'Olleria, población donde "tradicionalmente se ha trabajado este material", dijo Jarque.

A su vez, el museo etnológico presenta 400 piezas utilizadas desde el siglo XVIII por los capuchinos valencianos, como candiles, estufas, relojes, utensilios de labranza, ordenadores e incluso un violín stradivarius de 1721.

El convento de l'Olleria, fundado por el arzobispo de Valencia san Juan de Ribera en 1601, acoge también una exposición con fotografías de 1920 a 1950, entre ellas varias tomadas en julio de 1939, una vez concluida la Guerra Civil, en las que se aprecian los "graves daños" que sufrió el edificio.

Otra de las muestras exhibe 32 cuadros del pintor italiano Óscar Marziali, que vivió de 1948 a 1949 en el mismo monasterio, invitado por el entonces superior general de los Capuchinos, que era natural de la localidad alicantina de Benissa. Las obras tratan de ser "una simbiosis entre el franciscanismo y la naturaleza", para lo que el autor utilizó como modelos a los propios frailes.

En otros espacios del convento capuchino, los religiosos muestran al público una colección de ochenta piezas de cerámica desde el siglo XV, como azulejos, pucheros o una bañera en forma de tinaja; así como un "área arqueológica", en la que destacan ocho columnas del siglo XV, así como lápidas funerarias, pilas de agua o moles de grano.

Del mismo modo, se puede visitar el claustro del convento, con una cisterna en el centro y pinturas del siglo XVII en adelante en los lunetos de sus paredes. En la zona del jardín y de huerta del monasterio, se conserva además la mayor parte de un acueducto que llevaba antiguamente agua hasta el edificio, así como un mirto al que técnicos de la Generalitat valenciana han calificado como "el más grande y frondoso" de Europa, subrayó Jarque.

El árbol, de entre 400 y 600 años de antigüedad, mide cerca de diez metros de alto por quince de ancho, "cuando esta especie no suele superar los dos metros de altura", por lo que se trata de un "auténtico monumento ecológico".

El recorrido cultural y religioso por el convento incluye la visita a su iglesia, con un centenar de frescos pintados a mitad del siglo XX por el valenciano Remigio Soler, así como con dos esculturas del Sagrado Corazón y de la Virgen de los Dolores del artista valenciano Enrique Galarza, uno de "los más prestigiosos escultores" en su época en España.