'Una cuestión de formas' muestra el avance "sibilino" de la maldad en una "comedia cruel" en el Teatre Talía

Los actores protagonistas de 'Una cuestión de formas' Esther Acebo ('La casa de Papel'), Lluvia Rojo ('Cuéntame'), Bernabé Fernández ('El Barco') y Chema Coloma ('Centro Médico') en el Teatre Talía de València.
Los actores protagonistas de 'Una cuestión de formas' Esther Acebo ('La casa de Papel'), Lluvia Rojo ('Cuéntame'), Bernabé Fernández ('El Barco') y Chema Coloma ('Centro Médico') en el Teatre Talía de València. - EUROPA PRESS
Publicado: viernes, 16 mayo 2025 15:53

   VALÈNCIA, 16 May. (EUROPA PRESS) -

   El avance "sibilino" de la maldad, enmarcado en una comedia que "fluye con naturalidad", llega al Teatre Talía de València con 'Una cuestión de formas', una comedia negra y "cruel" que acaba con un "giro sorprendente" y siembra en el espectador una semilla de autocrítica.

   La obra, que podrá verse los días 16, 17 y 18 de mayo en el teatro valenciano, ha sido presentada este viernes en València por los actores protagonistas Esther Acebo ('La casa de Papel'), Lluvia Rojo ('Cuéntame'), Bernabé Fernández ('El Barco') y Chema Coloma ('Centro Médico'), así como su director Andrés Rus.

   El espectáculo narra la historia de Adam (Bernabé Fernández), un chico aburrido que trabaja como vigilante en un museo y un día conoce a Evelyn (Esther Acebo), una atractiva, temperamental estudiante de arte entregada a preparar el proyecto final para su tesis.

   Ambos inician una intensa relación amorosa que revoluciona el mundo de Adam, quien está dispuesto a cambiar cualquier rasgo de su persona por ella. Su transformación física y emocional afecta a su amistad con Jenny (Lluvia Rojo) y Philip (Chema Coloma), con consecuencias inesperadas para todos.

   Acebo ha resaltado que la obra "invita a hacer una reflexión acerca de muchas cuestiones morales, como el amor, el arte o la forma de relacionarse". "No se queda en una capa, tiene mucho por debajo", ha precisado.

   En la misma línea, Fernández ha señalado que "al principio parece una comedia romántica", pero posteriormente se empiezan a "ver subterfugios en los personajes, que no son tan simples como parecen" y cuestiona los límites del amor y otros "temas profundos, pero desde un lugar divertido".

   De hecho, el director ha destacado que la obra muestra "dos caras de la misma moneda", con una comedia que "fluye con naturalidad sobre la pareja", mientras otra parte de maldad "avanza muy sigilosamente y de forma sibilina, hasta asomar la cabeza en un determinado momento".

   Los actores han destacado que la obra, pese a ser del año 2001 --original del norteamericano Neil Labute--, "está de plena actualidad", según Coloma, sobre la "obsesión por los cánones de belleza" o el narcisismo, así como los límites de la ética o la libertad de expresión". "Cambia un poco el contexto, pero la esencia del ser humano es la misma, los anhelos y pulsiones son las mismas", ha recalcado Rojo.

   Por su parte, el director de la obra ha explicado que esta "forma parte de la trilogía de la maldad de Labute", con tres espectáculos "especialmente incisivos y crueles", entre los que se encuentra 'Una cuestión de formas', en una "sátira muy moderna, a pesar estar escrita hace 20 años". "Creemos que se ha redimensionado y ahora tiene una actualidad muchísimo mayor", ha apuntado.

   "Actualmente puede parecer pequeño, incluso, lo que pasa en la obra, que habla del origen de todo esto. Ahora no es que no siga existiendo ética o moral, pero se ha diluido muchísimo", ha expresado, al tiempo que ha enmarcado el espectáculo como una comedia "moralista" y también "cruel".

   Rus ha apuntado que la obra recuerda algo que "muchas veces" no se quiere asumir: "existe el bien y el mal". "Hay víctimas y verdugos, un aspecto muy difícil de asumir muchas veces, pero donde todo el mundo se siente identificado, a pequeña escala. Hemos estado en los dos escenarios y podemos empatizar. Con mucho humor y mucha mala leche, es una obra que recuerda al sentido de maldad que tiene cada espectador", ha relatado.

   Los actores han indicado que el público, en ocasiones "se ríe de la propia incomodidad" de las situaciones, en una risa "arrastrada" que, para Rojo, hace que los espectadores salgan del teatro "riendo, pero con un poso desagradable y molesto", que les deja pensando y haciendo "autocrítica" sobre actuaciones propias.

   La maldad está muy presente en la obra y Rojo apunta que todas las personas "en mayor o menor medida" se han comportado como los personajes del espectáculo. De hecho, Fernández agrega que los personajes "más luminosos" de la obra, que "podrían ser buenos, cuanto más se acercan a los logros o al triunfo, entran en la oscuridad".