VALENCIA, 16 Feb. (EUROPA PRESS) -
La escritora valenciana Carmen Amoraga (Picanya, 1969) presentó hoy en Valencia su novela 'Algo tan parecido al amor', con la que ha resultado ganadora del Premio Nadal 2007, y destacó que no se trata de un relato "ni generacional ni de mujeres". Sobre este último género, aseguró que "no creo en él al igual que no creo en la novela de calvos, porque no pienso que éstos lean siempre el mismo tipo de libros".
Amoraga, que estuvo acompañada por el ganador del prestigioso galardón, el escritor andaluz Felipe Benítez Reyes, explicó que su obra trata "sobre la búsqueda del amor pero, sobre todo, acerca de la amistad, que es la verdadera tabla de salvación del ser humano cuando cree que todo se hunde".
La autora valenciana realiza esta reflexión a través de la historia de tres compañeras de colegio que continúan siendo confidentes una vez cumplidos los 30 aunque sus vidas han tomado rumbos distintos. Silvana se casó siendo todavía adolescente a causa de un embarazo no deseado y mantiene un matrimonio sólo aparentemente normal mientras que Amparo y Ana están solteras pero tienes una larga relación de amantes con hombres casados.
De esta manera, Amoraga intenta reflejar la complejidad de las relaciones amorosas actuales en las que en un porcentaje muy alto "ya no son dos sino tres las personas complicadas". La novelista revisa diferentes tipos de relación "pero sin juzgar a nadie" en un intento de huir de al educación tradicional "que nos ha enseñado que siempre tiene que haber un culpable". "pero la realidad es que no todas las amantes son mujeres sin escrúpulos, ni las esposas están ciegas ni los maridos son tan cobardes", opinó.
Por su parte, Felipe Benítez Reyes (Rota, Cádiz, 1960) presentó su novela ganadora del Premio Nadal, 'Mercado de espejismos', en las que el escritor gaditano parte de una inspiración cervantina para realizar una parodia de las novelas pseudohistóricas y de "misterio esotérico" que actualmente copan el mercado editorial. La trama está protagonizada por dos personajes que un día reciben el encargo de robar el relicario que guarda los restos de los Reyes Magos en la Catedral de Colonia. El autor recomendó leer esta clase de historial al estilo de 'El Código da Vinci' "tomándolas en broma, porque así son muy entretenidas". "Si se toman en serio son mamarrachos", consideró el autor, que matizó que el problema no reside en las novelas sino en el hecho de que "la gente se crea de verdad que revelan grandes secretos ocultos hasta el momento".
Pero 'Mercado de espejismos' no es solo una visión irónica del triunfo "desmesurado y para mí inexplicable" de este tipo de novelas, sino que también está llena de personajes secundarios que "son como las personas que nos encontramos fugazmente, que no forman parte de nuestra vida, pero que en un momento su existencia se entrecruza con la nuestra".
ABUNDANCIA DE PERSONAJES
El escritor mostró su predilección por esta abundancia de personajes "aunque la crítica más recalcitrante opine que es un error estructural". Al respecto, Benítez Reyes lamentó que en España "los críticos se mueven por simpatías o antipatías hacia un determinado autor" e ironizó con el hecho de que "se enfrentan a un libro con una actitud muy edificante, la de 'vamos a ver qué no nos gusta".
En esta línea, agregó que a los críticos "deja de gustarles la literatura en general porque están obligados a leer a la fuerza y en un plazo fijo".
Sobre este asunto, Carmen Amoraga parafraseó a Woody Allen diciendo que "las opiniones son como los culos, todo el mundo tiene uno". "Nosotros hemos llegado a la conclusión de que los críticos tiene culo", bromeó.