VALENCIA 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
Pepe Sancho y Joaquín Kremel se enfrentan en el escenario enfrentan en el escenario dos formas de entender el teatro y la vida en una "entrañable fábula" que se convierte en un "canto a la amistad y a la tolerancia, en clave de comedia y a veces de tragicomedia". A través de dos personajes contrapuestos 'Calcetines Opus 142' refleja la "dureza" de la vida "tapizada entre risa y risa" e invita a reflexionar al espectador.
Escrita por Daniel Colas y dirigida por José Carlos Plaza, la obra que fue presentada hoy en rueda de prensa por sus actores protagonistas, junto a la directora general de Teatres de la Generalitat, Inmacualda Gil Lázaro, llega esta noche al Teatro Principal de Valencia --tras su estreno en Sevilla--, donde permanecerá en cartel hasta el próximo 29 de noviembre.
Para Kremel, el autor reúne a "dos personajes absolutamente contrapuestos" como una "excusa" para reflejar la "dureza" de la vida y entre una risa y otra, "va desembarcando su carga de profundidad y haciendo reflexionar al espectador" sobre cada concepto del que se va hablando, como la Navidad, los hijos, las penurias económicas, la soledad,... "cosas tremendas que en el ser humano están ahí", subrayó.
Así, a través del "choque" y las "disputas" de los dos únicos protagonistas, va naciendo una amistad, pues "lo que al final importa de las personas es precisamente eso, las personas", y "uno y otro se van vampirizando cogiendo lo bueno del uno y del otro. Dos personas que se matarían acaban por darse la mano", apuntó Kremel.
Acompañados de pasajes musicales con violín y violonchelo y de algún número de payasos, la función muestra a dos cómicos que intentan montar un espectáculo, y durante el montaje, muestran la dualidad que todos llevamos dentro: las contradicciones entre el ser y el parecer, lo bueno y lo malo, el miedo al otro y el temor a la soledad. Un baile de dudas donde las aparentes convicciones de tambalean.
El personaje de Kremel es "un actor trasnochado que cree que sigue siendo una estrella y no tiene un espejo que le devuelva la imagen. Fue importante pero ya se le ha pasado el arroz", mientras el otro es un actor que "se cree importante pero nunca lo fue" y que cuando la gente no va a verle "echa la culpa al público, jamás reconoce que es por él, por su incapacidad". Hace una tipo de teatro que no va a ver nadie y eso hace que esté "encabronado" con el mundo, explicó Sancho.
Sin embargo, "el enfrentamiento les lleva a la unión. La soledad lleva al odio o a la unión", sentenció Sancho, quien señaló que la música juega un importante papel y colabora en ese acercamiento.
Ambos representan dos actores con una larga trayectoria a sus espaldas, personajes que "si no se está cuajado en todos los sentidos" no podrían interpretarse, consideró Sancho. "No sólo por la edad", sino porque, en opinión de Sancho, hay que haber pasado por el éxito, le fracaso, el ser ignorado... "eso que es la vida", apuntó. En este sentido, agregó que asuman el papel "actores en activo" para como ellos, que aporten la "magia" ya que de lo contrario, sería un "dramón", indicó.
Así preguntado se agradecen este tipo de papeles entre actores de su generación, Sancho indicó que lo que "se agradece" es "tener trabajo". En esta línea, el actor valenciano consideró que "Teatres de la Generalitat ha dado un empujón desde hace tiempo al teatro profesional y el teatro en Valencia va ascendiendo".
Por otra parte, preguntado por las declaraciones que el director hizo sobre que los dos personajes podrían representar "las dos Españas", Sancho negó que fuera así y que de hecho, el propio Plaza se retractó posteriormente de sus palabras. Por el contrario, "es una comedia de seres humanos", sentenció.