CASTELLÓN, 19 Feb. (EUROPA PRESS) -
La organización del festival Viña Rock, Matarile, cuya próxima edición se celebrará en el municipio castellonense de Benicàssim, señaló hoy en un comunicado que, durante estos años, el Ayuntamiento de Villarrobledo y el Organismo Autónomo Miguel de Cervantes "no han hecho absolutamente nada para mejorar los espacios donde se realiza el evento".
Según afirmó, "su estrategia con el festival siempre ha sido la misma: marearnos durante el año y, a dos meses de la fecha de celebración, decirnos que ese año le resultaba imposible realizar mejoras pero que, al siguiente, se comprometía a realizarlas".
Asimismo, indicó que los que han ido a Viña Rock durante todos estos años "saben que no ha habido ninguna obra importante de mejora, a excepción de asfaltar determinadas zonas, y que toda las instalaciones del festival eran, además de provisionales, costeadas por Matarile", y agregó que la organización ha intentado ampliarlas y mejorarlas año tras año "buscando minimizar las carencias del recinto, pero siempre con las limitaciones de calidad propias de este tipo de infraestructuras".
La organización aseguró que este año "seguían con la misma dinámica, agravada cuando nos comunican que, por la proximidad de las elecciones municipales, un mes después del festival, este año no querían polémica alguna, así que determinados artistas no deberían venir al festival, y esto fue la gota que colmó el vaso".
En ese preciso momento, la organización tomó la decisión de buscar con urgencia otras alternativas, y "siendo conscientes de que la mayor carencia del festival siempre fue el recinto, sin dudarlo, decidimos hablar con el Ayuntamiento de Benicàssim, localidad que consideramos tiene el mejor recinto, con el que alcanzamos un acuerdo definitivo el día 12 de febrero y anunciamos su realización el día 16 de febrero".
La única condición, según dichas fuentes, que se puso al Ayuntamiento de Benicàssim fue que la programación artística del festival fuese competencia exclusiva de Matarile. "El éxito del festival nos avalaba y, siendo conscientes de la importancia del mismo, aceptaron", aclararon las mismas fuentes.
Matarile informó que cuando el ¡alcalde de Villarrobledo se enteró del cambio "comenzaron las "advertencias" con el ejercicio de todo tipo de acciones, incluso habló el jueves 15 de febrero con el Ayuntamiento de Benicàssim para intentar paralizar la presentación del festival". En su opinión, "algunas reacciones nos transportan al mundo de Curro Jiménez o los Teleñecos: suspensión, robo, boicot del festival a través de Internet".
La organización recordó que ha sido denunciada por la titularidad del nombre, "marca que siempre ha pertenecido a Matarile y de la que nunca hemos cedido su exclusividad".
Finalmente, la organización invitó al consistorio de Villarrobledo para que esta próxima edición "acuda a Viña Rock y se den cuenta, por fin, de lo que es querer y apostar por un festival, poniendo a su disposición un recinto apropiado, acondicionado y mejorado año tras año, pensando siempre en perfeccionar sus instalaciones para tratar con dignidad al público".
"Como reconocimiento a esa labor, Benicàssim ahora no tiene uno, sino dos festivales. Hubo un tiempo que Villarrobledo también los tuvo, y de los grandes: Viña Rock y Metalmanía, pero, debido a sus imposiciones y total abandono, los ha perdido", apostillaron las citadas fuentes.
