ALICANTE, 24 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Guardia Civil ha detenido en El Campello a un hombre de 45 años como presunto autor de 22 robos con fuerza en interior de viviendas, con y sin moradores, cometidos desde el pasado mes de junio en El Campello (18), en Dénia (3) y en Mutxamel (1).
Desde el pasado mes de junio, los agentes han estado desarrollando la operación con la que poner fin a los robos que se estaban cometiendo en El Campello. Al análisis pormenorizado de la forma en la que se perpetraban los robos y de las franjas horarias en las que solían ocurrir, se sumó un refuerzo de las patrullas de servicio que, en coordinación con Policía Local, consiguieron dar con los autores, ha detallado la Comandancia de Alicante en un comunicado.
Eran las 21.35 horas del pasado día 18 de agosto, cuando se recibió el aviso de que dos individuos habían entrado en una vivienda de Pueblo Acantilado. Hasta el lugar se desplazaron numerosos agentes, en servicio uniformado y de paisano, en vehículos y a pie, para prácticamente "cerrar" La Nuza.
Al llegar, los dos hombres habían huido por la parte trasera e iban saltando de chalet en chalet. A lo largo de su recorrido, los mismos vecinos comenzaron a gritar señalando a los agentes el camino a seguir.
Así se consiguió detener al primero de ellos, un hombre tunecino de 45 años que fue trasladado a dependencias oficiales como presunto autor de este último delito de robo, y por otros veintiún robos con fuerza en interior de vivienda, con y sin moradores, cometidos desde finales del mes de junio: tres en la localidad de Denia, uno en Mutxamel y 18 en El Campello. Después de pasar a disposición judicial, se decretó su ingreso en prisión.
En cuanto al segundo hombre, que logró acceder a una zona de cañas altas y de espesa maleza, siendo ya de noche y vistiendo ropa oscura, no se le pudo interceptar, si bien, no se descarta su detención en un breve espacio de tiempo.
También se recuperaron, en el jardín de uno de los chalets por los que se dieron a la fuga, los efectos robados en una bolsa, escondidos tras una caseta de obra, y la herramienta con la que forzaron la puerta de la vivienda, un contundente destornillador de grandes dimensiones.