El acusado negó en instrucción que hubiera matado al letrado, y dijo que desconocía por qué estaban sus huellas en el lugar del crimen
VALENCIA, 8 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un hombre acusado de asesinar a Vicente Marco, abogado y miembro del partido ecopacifista, tras mantener relaciones sexuales en un piso ubicado en el centro de Valencia en febrero de 2011, se ha acogido a su derecho a no declarar en el juicio que ha comenzado este jueves en la sección tercera de la Audiencia Provincial de Valencia.
El procesado, quien actualmente se encuentra en prisión, se enfrenta a una pena de 25 años de prisión por un delito de asesinato y otro de robo con violencia con uso de medio peligroso, tal y como solicita el fiscal, Joaquín Baños. Asimismo, esta parte le reclama una indemnización de 102.000 euros para los herederos de la víctima. Por su parte, la defensa pide la absolución al considerar que su cliente es inocente y que no participó en los hechos.
El hombre, con antecedentes penales por hurto y por robo con violencia --ya que atracó un bingo tras arrojar un vaso con lejía a una empleada--, se ha negado a declarar en la vista. Por este motivo, el presidente del tribunal ha leído su declaración en instrucción, en la que negó los hechos que se le imputan.
En el pasado interrogatorio, el procesado, de 43 años y de nacionalidad argelina, aseguró que no conocía a la víctima y que tampoco lo vio por el barrio, en el que ambos tenían una vivienda; dijo que el día de los hechos no estuvo en ningún bar con el letrado y que tampoco subió a una casa que tenía alquilada, localizada en la calle Hernán Cortés de Valencia.
Asimismo, el acusado --quien ha estado asistido por un intérprete en la vista-- indicó que trabajaba en un lavadero de coches, donde cobraba entre 1.000 y 1.200 euros, por lo que negó que ejerciera la prostitución con otros hombres. Lo que sí reconoció es que tenía adicción a las drogas, y afirmó que se solía gastar unos 200 euros al mes en esta sustancia.
Pero hoy se ha negado a declarar. Ni tan siquiera ha querido responder al tribunal que le juzga. Pese a ello, el fiscal ha querido dejar constancia de algunas preguntas que le iba a formular y, entre ellas, ha destacado el hecho de cómo explicaba que tanto sus huellas como su ADN estuvieran en el piso de la víctima, pese a que asegurase que él no había estado nunca allí.
El hombre pudo ser identificado y detenido a los meses del incidente, gracias a las huellas que había dejado en la habitación de matrimonio del piso de la víctima. Las mismas fueron analizadas y constaban en los archivos policiales porque tenía antecedentes penales.
El incidente tuvo lugar en la tarde del sábado 12 de febrero de 2012, día en que la víctima y el procesado se fueron a tomar primero una cerveza en un bar del centro de Valencia, y luego acudieron al piso del primero, en Hernán Cortés. Según consta en el relato del ministerio fiscal, la finalidad de este encuentro era en principio de carácter sexual.
Durante el acto, en un momento determinado, --siempre según el mismo escrito-- el procesado golpeó con un jarrón a la víctima en la cabeza, mientras ésta estaba de rodillas, lo que le causó una herida de cuatro centímetros e hizo que cayera a suelo y se quedara en estado de inconsciencia. La víctima había consumido también bastante alcohol, tal y como demostró su posterior análisis de sangre, que arrojó un resultado de 2,42 g/l.
Seguidamente, el acusado registró los bolsillos de la víctima y le sustrajo la cartera y el teléfono móvil; luego le asestó una puñalada con un cuchillo que le atravesó el corazón y le causó de inmediato la muerte. Tras el crimen, abandonó el lugar. El cadáver fue hallado al día siguiente por la hermana.
AGARRADOS DEL BRAZO
La jefa de Homicidios que se hizo cargo de la investigación de este crimen ha declarado que se llegó a localizar al acusado por las huellas, y tras ser identificado por una vecina y por unas cámaras de seguridad que le grabaron cuando salía de un bar el día de los hechos junto a la víctima. En el vídeo --que se ha reproducido en la sala-- se podía ver a la víctima rodeando con su brazo al procesado.
La inspectora ha explicado que tras entrevistarse con un empleado del bar, éste les comentó que el acusado y la víctima habían estado tomando una cerveza, y los diferentes análisis practicados permitieron localizar las huellas del sospechoso. Estas mismas huellas fueron las que se encontraron en la vivienda de la víctima, donde también se hallaron pelos en la cama y restos biológicos de semen en los zapatos de la víctima.
Además, según el relato de la agente, la víctima pudo contactar con el procesado en la zona del río próxima a Viveros, lugar en el que confluyen diferentes hombres que se dedican a la prostitución. Ha explicado que seguía este recorrido para ir desde la casa en la que vivía --calle Alboraya-- hasta la que tenía alquilada anteriormente en el centro de la ciudad.
"ACLARAR" EL ASESINATO
Alejandro Escribano, vicepresidente de Los Verdes Ecopacifistas y amigo personal de la víctima, ha declarado ante los medios de comunicación que esperan que el juicio sirva para "aclarar definitivamente" las circunstancias del asesinato de su compañero y amigo, "y sobre todo para despejar cualquier duda sobre la autoría del mismo", ha dicho.
Escribano, quien ha agradecido a la policía y a todos los estamentos su actuación en este procedimiento, ha insistido en que hay que esperar el juicio, "porque existe el in dubio pro reo". En caso de haya condena --ha dicho-- "pensamos que debe ser la más dura y alta posible dentro del grado de la comisión".
Asimismo, ha indicado que "todas" las pruebas determinan que él es el culpable --el procesado-- pero "nosotros, hasta que no haya sentencia firme, no podemos manifestarnos en un sentido u otro", ha aseverado. Preguntado por si les impactó mucho este asunto, ha indicado que "impactó mucho porque era nuestro candidato a las elecciones por Madrid, y fue una cosa inesperada y que nos dejó tocados".
