Julio González pasa el testigo a su hija Roberta en el IVAM en una exposición que la rescata de las sombras

Una Obra De Julio González Con Un Cuadro De Su Hija Roberta Al Fondo
Foto: EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 14 marzo 2012 15:53

VALENCIA, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -

   El Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) inaugura la primera exposición que un museo dedica a la obra de "personalísima sensibilidad" de Roberta González (1909-1976), cuya producción ha quedado durante décadas en la sombra ocultada, en parte, por el trabajo de su progenitor, el escultor catalán Julio González (1876-1942). Ahora, padre e hija se reencuentran en una muestra que reproduce la "intimidad" entre ambos y "corrige la enorme injusticia" que la historia del arte ha cometido con la pintora.

   Así lo ha subrayado el comisario del proyecto, Tomás Llorens, --encargado de la muestra junto a su hijo Boye--, en una rueda de prensa en la que ha estado acompañado por el secretario autonómico de Cultura, Rafael Ripoll; la directora del IVAM, Consuelo Ciscar; y el heredero del legado de Julio González Philippe Grimminger.

   La muestra exhibe hasta el próximo 17 de junio un total de 108 piezas, la mayoría de ellas inéditas, ya que Roberta expuso muy pocos de sus trabajos a lo largo de su vida. En concreto, se pueden contemplar 32 esculturas de Julio González pertenecientes a la colección del IVAM y 76 --34 pinturas y 42 dibujos-- de Roberta, de quien el museo valenciano custodia 58 obras aunque, en esta ocasión, la mayor parte de las que se muestran son propiedad de Philippe Grimminger.

   El recorrido se ha planteado siguiendo un orden "cronológicamente inverso", que se abre con una sala en la que los cuadros de madurez de Roberta lucen en solitario. Los siguientes espacios se dedican a ejes temáticos, como las máscaras y torsos o la sombra de la guerra, para concluir en una sección en la que se muestran juntas las obras que padre e hija realizaron de forma coetánea.

   Tomás Llorens ha detallado las claves biográficas que permiten comprender el "olvido y la incomprensión" que la creación de Roberta González ha sufrido. En primer lugar, era mujer, lo que suponía una dificultad añadida en un universo artístico de posguerra "con un componente machista innegable", ha apuntado.

   Además, se da la circunstancia de que Roberta, hija única, dedicó sus esfuerzos a difundir internacionalmente el trabajo de su padre. También contribuyó a la promoción de quien fue su pareja, el pintor alemán Hans Hartung, que sí tuvo reconocimiento al erigirse en líder de la llamada abstracción lírica.

"DESAFÍO Y DEBER"

   La sombra de estas dos grandes figuras masculinas, unido al "rechazo de la artista a dejarse abarcar por una tendencia dominante", ha hecho que su nombre haya estado oscurecido. Por eso, esta muestra era "para el historiador del arte un desafío y para el IVAM un deber", ha aseverado el especialista.

   El comisario ha defendido que en esta exposición "Julio no eclipsa a Roberta" y ha justificado la inclusión de las obras del padre porque resultan relevantes para entender el proceso de formación de la hija. De hecho, los primeros trabajos de ella dejan ver la influencia de su progenitor, a quien adoraba "como un dios". Pero poco a poco, la pintora fue desarrollando un estilo cada vez más personal.  

   Philippe Grimminger ha mostrado su satisfacción por la oportunidad de poder "descubrir" la faceta artística de Roberta González y ha confiado en que este primer paso para su reivindicación que ha dado el IVAM continúe en instituciones francesas.

   Por su parte, Consuelo Ciscar ha destacado que la autora supo iniciar "una travesía en la que alcanzó ideas autónomas y recorrió nuevos horizontes con absoluta libertad hasta que, sobre todo en su última etapa, consiguió un lenguaje en el que se reconocía a sí misma en la distancia de los patrones entre los que se formó".

   Finalmente, Rafael Ripoll ha calificado esta exposición --una "hoja de ruta" de la biografía de los artistas, ha dicho-- de auténtico "hito".