Viola Davis y la incómoda memoria podrían robarle el Oscar a Meryl Strepp

Viola Davis En Criadas Y Señoras
Foto: DREAMWORKS PICTURES
Europa Press Cultura
Actualizado: sábado, 25 febrero 2012 12:02

LOS ÁNGELES, 25 Feb. (Reuters/Ep) -

   Viola Davis sabía que tenía una papeleta muy difícil cuando aceptó interpretar a la criada negra de una familia blanca en el Misisipi de los años 60. Pero el riesgo ha valido la pena y ahora con su papel en Criadas y señoras está inmersa en una ajustadísima carrera con Meryl Streep para hacerse con el Oscar a la mejor actriz

   Su propia madre, su abuela ya fallecida y miles de afroamericanas fueron criadas, y muchas preferirían olvidar esos años. Puede que esa, confiesa Davis, sea la razón por la que su madre aún no ha visto la película que le podría dar su primer Oscar. "Es doloroso. Hay toda una generación de mujeres que no quiere que le recuerden el pasado", afirmó la actriz de 46 años.

   Y precisamente ahí está la gran paradoja de Criadas y señoras y también posibilidades para los Oscar. Fue un éxito inesperado en taquilla el verano pasado que expuso las antiguas pero no olvidadas divisiones raciales en el país y su popularidad podría llevar a los votantes de los premios a escogerla como mejor película.

   Pero también cabe la posibilidad de que la incómoda historia que cuenta, la incómoda historia de Estados Unidos, haga que los académicos prefieran mirar hacia otro lado, hacia cintas más amables como La invención de Hugo o The Artist.

   Basada en el éxito literario de 2009 escrito por Kathryn Stockett, Criadas y Señoras (The Help) relata la historia de una joven blanca en Jackson, Misisipi, que en 1963 -los primeros tiempos del movimiento de defensa de los derechos civiles- pide a sus criadas negras que la ayuden a escribir un libro sobre sus experiencias trabajando para familias blancas.

   Entre el público, es la que más apoyo ha recibido de las nueve aspirantes al galardón a mejor película. Con una recaudación mundial de 206 millones de dólares -la mayoría en América del Norte- y unas ventas de más de 10 millones de ejemplares del libro en todo el mundo. No en vano fue una de las 15 películas principales de 2011.

   Myrlie Evers-Williams, antigua presidenta del NAACP (Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color, por sus siglas en inglés) cuyo marido y activista por los derechos civiles Medgar Evers fue asesinado en 1963 en Misisipi por un supremacista blanco, la ha calificado como "la película más sobresaliente y socialmente relevante" de 2011.

   En Hollywood, ha recibido una avalancha de premios para su estrella, Davis, y como mejor actriz de reparto a Octavia Spencer, que interpreta a una criada descarada con una forma poco usual de vengarse de los abusos a través de su talento en la cocina. En total, la cinta aspira a cuatro Oscar.

¿ESTEREOTIPO O REFERENCIA CULTURAL?

   Pero no todo el mundo comparte su entusiasmo, sobre todo algunos miembros de la comunidad afroamericana. Unos 70 años después de que Hattie McDaniel se convirtiera en la primera mujer negra en ganar un Oscar (por su papel de criada en Lo que el viento se llevó), sus detractores dicen que Hollywood está agasajando otra obra sobre el avasallamiento de las negras.

   Ida E. Jones, directora nacional de la Asociación de Historiadoras Negras afirma que lejos de ser una historia progresista del triunfo sobre la injusticia, el modo en que Criadas y señoras retrata a las criadas negras es una "resurrección decepcionante de Mammy, un estereotipo mítico de las mujeres negras que se vieron obligadas a servir en casas de familias blancas por la esclavitud y la segregación".

   Davis era dolorosamente consciente de la responsabilidad que recaía sobre sus hombros cuando aceptó interpretar a Aibileen Clark, una criada que trata de pasar desapercibida y cría amorosamente a los hijos de sus patrones blancos, pero al mismo tiene que utilizar un servicio fuera de la casa.

   "Pensé que hacer la película era importante porque la criada no había sido humanizada antes. Creo que seguía saliendo con retratos acartonados", afirmó. "Ahora creo que se han reconocido las vidas de mi madre y mi abuela", sentencia. Un reconocimiento a la memoria de sus antepasados que podría traer bajo el brazo nada más y nada menos que un Oscar.

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