MADRID 29 Oct. (EUROPA PRESS - Israel Arias) -
Reverente respeto por la original aderezado con las maravillas de la técnica actual y más oscuridad. Este es el sabor de boca que nos deja el avance de Tron Legacy, la secuela de la mítica cinta que en 1982 protagonizó Jeff Bridges y que llegará a los cines estas navidades.
Disney ha puesto los dientes largos a un puñado de afortunados fans, y varios medios de comunicación, ofreciendo siete escenas con 20 minutos del que tiene todas las papeletas para ser el taquillazo del final de año.
La historia de Tron Legacy sigue la trama de la película original. Sam Flynn (Garrett Hedlund) es el hijo del protagonista de la primera película, Kevin Flynn (Jeff Bridges), que desapareció misteriosamente hace 20 años. Sin ninguna gana de atarse al imperio tecnológico que le legó su padre, Sam descubre por accidente un despacho secreto en la vieja sala de videojuegos de la familia.
Esa habitación, oculta tras la mítica máquina de Tron, contiene el secreto de la desaparición de su padre y será la antesala a su mayor aventura... y también a sus mayores retos. Además de Bridges, también repite en su papel Bruce Boxleitner y se presentan incorporaciones notables como Michael Sheen y especialmente la bella Olivia Wilde.
En cuanto a su estética, los uniformes de la realidad binaria respetan escrupulosamente las líneas maestras de los que fueron alumbrados allá por el año de Naranjito para el universo cibernético de Tron. También los tanques, las motos de luz, los rastreadores... todo conserva el diseño original, pero con un aspecto oscuro y remozado. Más negro y menos luces fluorescentes.
Desde el punto de vista técnico, en el puñado de escenas que Disney nos sirve para calmar el apetito sólo se atisba el potencial que, como espectáculo visual, puede ser este atracón tridimensional de luces, velocidad y fuegos de artificio.
Pero saben a poco. Un coitus interruptus al orgulloso y nostálgico freak que todos llevamos dentro. Habrá que esperar hasta el 17 de diciembre. Contamos los ciclos.