NUEVA YORK 10 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (Met) ha descubierto, durante unas labores de restauración, que dispone de un cuadro del pintor español Diego de Velázquez (1599-1660) que formaba parte de su colección desde hacía 60 años y que, hasta la fecha, había sido atribuido a uno de sus discípulos.
Según informó el Met en un comunicado, el descubrimiento es fruto de las labores de limpieza y revisión técnica del cuadro efectuadas por los responsables del centro, que permitieron detectar la firma del pintor en el lienzo. La rehabilitación e identificación de la pintura, "que permanecía en la colección del Museo Metropolitano desde hacía décadas", representa una "nueva adquisición importante" para el Met, "que posee la mejor colección de obras del maestro en Estados Unidos".
El cuadro representa a un hombre de alrededor de 30 años, vestido de negro y engolado, y aparentemente es más un ensayo que una obra acabada. De hecho, el hombre retratado guarda un gran parecido con el personaje, cuya indentidad se desconoce, que figura en el extremo derecho del cuadro de 'La rendición de Breda', pintado por Velázquez entre 1634 y 1635.
"PINCELADA PROPIA DE VELÁZQUEZ"
La pintura fue legada al Museo en 1949 por Jules Bache, un gran coleccionista de arte que presidía una importante empresa financiera antes de la Segunda Guerra Mundial y que era uno de los mayores benefactores del Met. La obra había sido adquirida en 1811 por Johann Ludwig Reichsgraf von Wallmoden-Gimbom, hijo ilegítimo del Rey Jorge II del Reino Unido de Gran Bretaña, y pasó posteriormente a la colección de Jorge V, Rey de Hannover, duque de Brunswick-Lüneburg y duque de Cumberland. El lienzo había sido comprado por Bache a un importante comerciante en 1926.
Por entonces, un importante especialista afirmó que podía tratarse de un autorretrato de Velázquez, y como tal fue donado al Met. No obstante, esta versión fue modificada en las posteriores revisiones y en 1963, en un estudio monográfico del artista José López-Rey se le describía más como "una obra del taller de Velázquez que como un cuadro del propio artista". En 1979, el Museo decidió retirar su atribución al pintor sevillano.
El cuadro fue revisado este verano en el marco de un proyecto de catalogación de las pinturas españolas de la colección. La limpieza y la retirada de la espesa capa de esmalte que lo cubría "revelaron que se trataba de una obra de asombrosa frescura, con todos los sellos distintivos de la pincelada de Velázquez", afirmó el Museo Metropolitano en su comunicado.