El abogado de 'Charlie Hebdo': "Está prohibido insultar a una persona, pero tengo derecho a criticar su creencia"

El abogado del semanario satírico Charlie Hebdo, Richard Malka
El abogado del semanario satírico Charlie Hebdo, Richard Malka - LIBROS DEL ZORZAL
Actualizado: viernes, 12 mayo 2023 14:11

   MADRID, 12 May. (EUROPA PRESS) -

   El abogado del semanario satírico 'Charlie Hebdo', Richard Malka, ha defendido este martes en Madrid que está prohibido insultar a una persona, pero "tiene derecho a criticar su creencia", ya que lo considera "sano para no caer en el fanatismo".

   "Cuando critico no estoy hablando de una persona, si Dios ha dado espíritu crítico, es para usarlo", ha matizado.

   Malka ha presentado el libro 'El derecho a cagarse en Dios', alegato del abogado en el juicio por los atentados del 7 de enero de 2015 en los que fueron asesinados la mayoría de los integrantes de la revista. Un juicio "histórico" en el que el autor recorre el camino subterráneo e ideológico del Mal, según la editorial Libros del Zorzal.

   A su juicio, el mal viene de lo que el hombre se equivoca en el bien. "Jamás un dictador va a avanzar diciendo que nos va a hacer daño, en realidad no hay un dictador sin que el pueblo lo acepte", ha afirmado.

   Por otro lado, respecto al discurso del Papa Francisco tras el atentado, ha detallado que fue "sublime", a pesar de definirse como ateo. "Fue un discurso de una profundidad increíble en relación con el intelecto y la religión", ha añadido.

   En el contexto de la religión, ha añadido que "rechaza" el término "Islamofobia" porque "se inventó para censurar y prohibir la crítica de las religiones. "El miedo al Islam tenemos derecho de tenerlo", ha defendido. Malka, que se define como ateo aunque tiene raíces judías, ha abogado por que exista la libertad de no creer.

   "No tengo ganas de que me digan a quién tengo que querer o cómo tengo que vestirme. Si quieren los demás me parece bien, pero yo no quiero que me obliguen a ello", ha afirmado. En este sentido, lamenta que todavía en unos 30 países ser ateo es un delito, con el "daño" que eso hace a la libertad de expresión.

   También ha reflexionado sobre el "desencanto" con la libertad de expresión de las generaciones jóvenes. "Hay una ruptura generacional. Rechazamos la libertad de expresión como si impidiese a algunos avanzar en sus ideologías, que consideran progresistas. Si la libertad de expresión se va menguando, las demás seguirán ese camino", ha advertido.