Antonio Gamoneda asegura que su poesía "no es mejor" desde que tiene el Premio Cervantes

Actualizado: martes, 15 mayo 2007 22:40


MURCIA, 15 May. (EUROPA PRESS) -

El Premio Cervantes 2006, Antonio Gamoneda, consideró hoy en Murcia, a donde se ha desplazado para asistir al ciclo 'Los Cervantes en Murcia', que este año está dedicado a su persona y que se celebrará hasta el viernes, que el premio "no ha influido de ninguna manera" en su poesía "ni va a influir" y, de hecho, aseguró que "el día que me dieron el Cervantes mi poesía no era mejor que el día anterior".

En este sentido, comentó que lleva el premio de un manera contradictoria. Por una parte "están los movimientos positivos como son la sorpresa gratificante; el halago a la vanidad, que la tengo como cualquier otro; y el agradecimiento a los jurados que se ocupan de estas cosas".

Sin embargo, diferenció, "luego vienen otros aspectos que son, por un lado, una seria fatiga que empezó no con la recepción del Premio Cervantes sino con una extraña casualidad el día que tenía que recibir el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y se falló el Premio Cervantes a mi favor y empezó en aquella fecha, el 30 de noviembre, una intensificación de los que son movimientos naturales, más viajes a un ritmo muy por encima de mis energías".

"Y hay otra cosa más grave, y es que no logro liberarme de la sospecha e incertidumbre de mis merecimientos, ya que echo la vista hacia atrás hacia mis predecesores y me pongo a temblar", apuntó.

Entre otras cosas, Gamoneda reconoció que desde esa fecha "no he leído ni 25 páginas", pero en estos momentos tiene en su mesilla de noche en Murcia, donde va a pasar unos días, la última novela de José María Merino 'El lugar sin culpa', aunque, aclaró, "soy más bien hombre de relecturas, en mi mesilla de noche de León --donde reside-- está desde hace medio año 'La muerte de Virgilio', de Broch".

En relación a si los premios le han llegado tarde, Gamoneda explicó que hay que tener en cuenta una circunstancia que "podríamos llamar biográfica y es que yo no vivo en el mundillo literario".

En este sentido, argumentó que es "un provinciano" en el sentido de que vive en León, una ciudad pequeña, "ajeno a los mecanismos y a las circunstancias que ciertamente funcionan en el ámbito de la escritura y la creación", lo que le proporciona "un agradable olvido y desentendimiento de estas circunstancias".

SIN IMPACIENCIA POR LOS PREMIOS

Aún así, reconoció que dentro de unos días va a cumplir 76 años y "pudiera decirse que los premios más importantes me han llegado con algún retraso, pero yo no me he dado cuenta de eso, porque no estoy en la expectativa de los premios, por lo que nunca he sentido impaciencia por ellos".

Es más, continuó, "esto me hace considerar que ciertamente yo pueda estar en lo que llaman 'la culminación', que suele coincidir con el cierre del mecanismo creador, y por tanto, estos premios traen consigo un poco de miedo sobre mi futuro ante la página en blanco, es decir, como si en cierto modo avisara de que mi 'negocio', entre comillas, se está acabando".

En esta misma línea, al ser preguntado si él era el candidato del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para los Premios Cervantes frente a otro candidato de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, Gamoneda dudó de que "con las que tienen encima anden preocupados por estas pequeñeces como puede ser la concesión de un premio". "Creo que ni Zapatero ni Calvo tenían candidato", señaló.

HEGEMONÍA POESÍA REALISTA

En relación a la situación de la poesía en España, Gamoneda opinó que "en España es todavía hegemónico un realismo que lleva consigo, a veces, una carga de buena voluntad". Es decir, aclaró, "desde hace no menos de 35 ó 40 años se pretende poner la poesía en un espacio de comprensión amplia, generalizada, que pretende asumir una moral cívica o realizar una crítica social seria".

No obstante, añadió, "hay otras zonas que siguen un realismo que descansa en el relato de la cotidianidad, y todavía hay otra zona en la que ese realismo, más ornamentado, pretende entretener, que caiga bien a la gente".

A su juicio, "estos amigos entre los que abunda los buenos propósitos morales y sociales asociados a la poesía realizan una labor poéticamente reaccionaria".

Sobre este punto, relató que en la Edad Media la poesía "era necesariamente realista porque era necesariamente informativa, pero ahora los aspectos informativos, incluidos los ideológicos, la crítica social y las propuestas morales se pueden hacer a través de medios fuertemente tecnificados". Por tanto, "el lenguaje normalizado que utilizan estos poetas realistas resulta que abandonan la verdadera tradición", apostilló.

Así, reiteró, "el pensamiento poético ha dejado de ser realista, es decir, referido a la realidad exterior, y ha dejado de ser lenguaje informativo, sino que es un acto de creación (se crea lo que no había), de revelación (se revela lo que no se conocía) y no necesita ser realista porque tiene su realidad en sí misma". "Es crear una realidad intelectual, que no tiene nada que ver con la realidad exterior", agregó.

Por otra parte diferenció poesía y literatura, ya que, justificó, "mayoritariamente la literatura, que por otra parte es una creación grandiosa, reposa en la ficción; mientras que la poesía se desprende de la realidad existencial y de la realidad interiorizada por el poeta".

Es decir, "en la poesía se expresa nuestro sufrimiento, nuestro gozo, miedo, deseo, el estado de ánimo ante injusticias, no es ficción, por lo menos la que a mi me interesa, no tiene nada que ver con la ficción, sino que es una emanación de la vida, por eso es una realidad en sí misma". No obstante, advirtió, "la poesía puede estar en cualquier género literario, aclaró".