El libro 'La mitología celta' de Ávila Granados recoge ritos, creencias y tradiciones del mítico pueblo centroeuropeo

Actualizado: miércoles, 11 julio 2007 18:30


MADRID, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -

El escritor Jesús Ávila Granados presentó hoy su nuevo libro 'La mitología celta' (Ediciones mr), una recopilación de las tradiciones que nuestros antepasados, el pueblo celta, dejó en herencia y que hoy en día "está olvidada por dos razones: la fuerza militar de los romanos y la llegada del cristianismo", explicó el autor.

Desde el siglo XIX a.C., "coincidiendo con la segunda corriente de la Edad de Hierro", y hasta el año 24 en el que Octavio Augusto decretó la 'pax augusta', esta civilización colonizó parte de la Península Ibérica hasta llegar a ocupar "casi un 90 por ciento del total".

"Mucha gente ha pensado siempre que estos pueblos únicamente estuvieron presentes en el norte de España, pero no fue así, porque hay restos de sus pasos por todas las provincias llegando incluso hasta Andalucía", indicó Ávila. El autor, especialista en la simbología medieval de Oriente y Occidente, reconoció haber ocupado los últimos años de su vida a una investigación que le llevó a descubrir sitios "de una impresionante carga energética" como Braña de los Tejos (Cantabria) o el bosque de Cornudella (Pirineo de Huesca).

"PUEBLOS CANÍBALES"

A pesar de la creencia habitual de considerar tanto a los celtas como a sus compañeros peninsulares, los íberos, como unos pueblos guerreros, Ávila desmintió esta teoría, ya que la parte luchadora "sólo se puso de manifiesto cuando vieron al enemigo tan cerca". Además, los pueblos de la antigüedad, considerados por el Imperio Romano "como unos caníbales", siempre fueron mejores estrategas que sus rivales, porque "les sobraba cultura en todos los sentidos", destacó.

Elaboradores de vino mucho antes que los romanos ("allá por el silgo II a.C.), origen de expresiones aún vigentes ("los novios llevaban a sus parejas una rama de tejo, de ahí la expresión tirar los tejos") y creadores de tradiciones ("una planta de seis hojas era un amuleto"), este pueblo de origen centroeuropeo supuso un avance para nuestra cultura.

NATURALEZA SABIA

Los druidas, "capaces de hablar con los árboles", eran los principales transmisores de una sabiduría desconocida incluso para muchos de sus miembros. Tenían una fuerte creencia en el más allá y respetaban profundamente a los elementos de la naturaleza, como las piedras, el agua o los animales.

Ávila, condecorado en dos ocasiones como mejor periodista del continente por el Consejo de Europa, admitió las dificultades de este nuevo trabajo por tratarse "de una cultura oral, que no está basada en datos escritos". Gracias a visitar en persona todos estos "lugares con una fuerza grande" de los que habla en el libro, el autor ha conseguido recopilar una cultura que abarca nueve siglos de nuestra historia.