El "supuesto choque de civilizaciones" en 'Lejos', de Yolanda González

Actualizado: martes, 10 marzo 2009 18:55

MADRID, 10 Mar. (EUROPA PRESS) -

El desierto del Sáhara occidental de Egipto, la relación del hombre con el espacio y el supuesto choque entre la cultura Occidental y la Oriental protagonizan 'Lejos', la nueva novela de la escritora Yolanda González.

"Tras varios viajes al desierto del Sáhara, empecé a indagar en este territorio que es un basto campo de investigación", destacó hoy la escritora madrileña en una entrevista con Europa Press. "El desierto es un lugar que sorprende porque, a priori, uno cree que no tiene nada más que arena, pero, al final, acaba descubriendo que puede seguir a través de él la historia del hombre y la del cosmos", sentenció González quien añadió que, tal y como reza el dicho, ella también tuvo "la sensación de que el desierto contiene la memoria del mundo".

'Lejos' se sitúa en Egipto en febrero de 2006, en pleno "choque de civilizaciones", provocado por la crisis de las caricaturas de Mahoma, donde un grupo de occidentales emprende un viaje al desierto con el deseo de alejarse de las tensiones políticas que envenenan el ambiente. Con la excusa de tomar unas fotografías para un ensayo sobre los exploradores saharianos, trazan una ruta que discurre siguiendo las huellas de G. Rohlfs, el primer europeo que se adentró en el corazón del desierto líbico a la búsqueda del legendario oasis de Zarzora. El viaje se verá alterado por la aparición de un personaje enigmático que pone a prueba las bases morales del grupo, su confianza y su equilibrio.

YA NO HAY NADA 'LEJOS'

Para la escritora, ganadora del Premio Café Gijón en 2001 por 'Las llamas tiemblan', "con las nuevas tecnologías y las abrumadoras y saturantes capacidades de permanecer conectado y de recibir información continua, las distancias ha dejado de ser reales y la palabra 'lejos' ha perdido casi todo su significado".

González indicó que "todos los personajes de su novela viajan al desierto, de una u otra forma, movidos por el deseo de encontrar un respiro a esta aglomeración informativa así como un espacio vital, un lugar donde pueda recuperar su dimensión humana auténtica". "Desde la literatura romántica de viajes, el desierto se ha dibujado como todo lo contrario a la civilización, como un espejo desde donde mirarse cuando se está necesitado de sentido", puntualizó.

Por otra parte, resaltó que "sentía la necesidad de destacar el absurdo de subrayar un choque con el mundo oriental que no existe realmente y cómo nos lo trasladan a los ciudadanos". "Creo que el odio de Oriente a Occidente, si se miran los hechos objetivamente, se ha exagerado mucho y pierde la medida", sentenció.