MADRID, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
'La controversia de Valladolid', escrita por Jean-Claude Carrière en 1992, llega al Teatro de La Abadía del 23 de febrero al 5 de marzo de la mano del director Carles Alfaro. La obra, estrenada el pasado verano en el Teatro Lliure (Barcelona) durante el Festival Grec, es una recreación del debate suscitado por la conquista de América sobre si los indios tenían alma, que tuvo lugar en 1570 entre Bartolomé de las Casas (defensor de la evangelización pacífica, del respeto a los valores autóctonos de los indios y contrario a la esclavitud) y Ginés de Sepúlveda (propugnador de la evangelización radical).
El texto original de Carrière, guionista de Buñuel durante 19 años y colaborador de Peter Brook y Milos Forman entre otros, plantea la colonización de las culturas. Y lo hace de forma que el espectador se involucre en una reflexión dinámica y personalizada, que a medida que evoluciona acerca posturas. Las ideas, que "bien podría mantener cualquier dictador de nuestros días", se convierten en pensamientos "y en necesidades, como forma de autojustificación", añadió su director.
La obra, para Alfaro "suficientemente atractiva por sus personajes de carne y hueso", agrega al texto original cien palabras en la lengua de los indios, algo que a Carrière le gustó mucho. Para su coproductor, quien interpreta a Bartolomé de las Casas, la importancia del proyecto está en la obra y en el montaje que ha hecho Alfaro, premio Max 2004 al mejor director de escena y mejor escenografía por 'La Caída', de Camus.
Respecto a la escenografía, que recrea una isla en medio de la nada recordando a la sala capitular del convento de San Gregorio donde tuvo lugar la controversia, Alfaro quiso destacar la dificultad encontrada para conseguir que el espacio escénico tuviera vida. "Las posiciones de los personajes son muy estáticas", refiriéndose al triángulo entre el juez, el fiscal y el tribunal que podía encontrar de espaldas el espectador. Y para que el público focalizara su interés en la perspectiva que más le interesara, comentó que el escenario gira de forma imperceptible y al mismo tiempo se crean sinergias.
FALTA DE DEBATE Alfaro destacó además, la importancia de la dialéctica de un "debate vivo donde no hay buenos ni malos", que en una época como hoy, "no dada a espectáculos de ideas", echa de menos. Valoró el debate de entonces, que aunque "en la trastienda del poder", fue real y lleva a planteamientos no solo teológicos sino también económicos. Lamentó por eso el miedo a debatir y a contrastar ideas hoy. "No veo el más mínimo problema de conciencia", dijo en referencia al "cinismo e hipocresía" de despreciar al que es diferente en el ámbito laboral o de "no sentir como iguales" a quienes mueren de hambre en África.
Por su parte, Ferrán Rañé habló del personaje que interpreta. Con la sensación "de viaje en sentido literal" que tiene de la representación, Rañé comentó que De las Casas es alguien con problemas de conciencia, que fomentó la leyenda negra, una especie de Teología de la liberación. También denunció que los indígenas de las nuevas tierras siguen siendo hoy "la cara más amarga" de lugares como Guatemala, Chiapas o Perú.
Respecto al personaje de Ginés de Sepúlveda, interpretado por Manuel Carlos Lillo, su director destacó que refleja a un hombre muy sabio y conocedor de los Evangelios, pero que hace lecturas sesgadas de los mismos para justificar su postura. Ambos protagonistas utilizan citas de San Pablo y San Lucas para remarcar sus posiciones antagónicas.