BARCELONA, 6 May. (EUROPA PRESS) -
El Palau Sant Jordi de Barcelona, sede de esta 'Final Four' de la Euroliga, se ha teñido este viernes de verde (color de la hinchada del Panathinaikos griego) y de amarillo (la del Maccabi de Tel Aviv) durante la celebración de las dos semifinales, ya que griegos y hebreos superaron de largo a las hinchadas de Siena (también de verde) y Real Madrid.
Los cinco mil aficionados del Maccabi se hicieron notar en las gradas del pabellón de la capital catalana durante todo el transcurso de las semifinales, pero especialmente en la segunda, en la que el equipo hebreo venció al Real Madrid (82-63) con una segunda parte muy intensa en la que acabaron con el sueño blanco.
El equipo español fue con diferencia el equipo con menos aficionados presentes, pero se hicieron notar al hermanarse con la hinchada griega al cantar al unísono 'Puta Barça, Puta Barça', demostrando su enemistad con el conjunto blaugrana, y en los primeros lances del partido contra el Maccabi. Eso sí, una decena de aficionados ataviados con camisetas blaugranas se aliaron con parte de la afición macabea al grito de 'Barça, Barça' cuando el partido ya estaba decidido.
Por su parte, en el duelo entre italianos y helenos, los aficionados del Panathinaikos demostraron el por qué de su merecida fama y sus jóvenes miembros no pararon de chillar proclamas para animar a su equipo, que logró vencer al Siena (77-69). Del mismo modo que lo hizo su afición en la grada, ante una hinchada transalpina que estaba formada por un público mayormente familiar, que sólo elevó su voz al final del tercer cuarto y al principio del último cuarto de la primera semifinal.
Por otro lado, los intermedios de ambos partidos fueron amenizados por la 'colla castellera' de los Minyons de Terrassa, que realizaron diferentes 'castells', unas construcciones humanas típicamente catalanas que recientemente fueron nombradas patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO.
