Jugoplastika Split, fábrica de talentos con tres Euroligas consecutivas

El exjugador de baloncesto Toni Kukoc con el KK Split
El exjugador de baloncesto Toni Kukoc con el KK Split - KK SPLIT
Publicado: domingo, 17 mayo 2020 11:05

   BARCELONA, 17 May. (EUROPA PRESS) -

   A caballo entre finales de la década de los 80 y principios de la 90, nació en Croacia, por entonces Yugoslavia, un equipo de baloncesto de ensueño que marcó una época en Europa, que forjó uno de los mejores entrenadores de la historia y con una cantera de la que salieron perlas que arrollaron en el 'Viejo Continente' y que, como Toni Kukoc, se llenaron los dedos de anillos en la NBA; una Jugoplastika Split que, con tres Euroligas consecutivas, merece ser uno de nuestros 'Equipos de Leyenda'.

   EL NACIMIENTO DE UNA PASIÓN: Dos Copas Korac (1976 y 1977) o un subcampeonato en Euroliga (1972) no hacen tanta historia como tres Euroligas en línea. Cuando la Jugoplastika se disparó al firmamento europeo, lo hizo con jugadores de la base, un gran apoyo de sus seguidores y modernizando el baloncesto. Piedra a piedra se construyó no un equipo, sino un proyecto que revolucionó su presente para trasladarlo a un futuro donde el balón corría más que el jugador y con un 'alero' polivalente que hacía magia.

   TONI KUKOC, UN 'MVP' QUE ACABÓ SIENDO CLAVE PARA JORDAN: Sin duda, la piedra angular de aquel equipo. Un alero de 2,07 metros de altura que subía el balón, que anotaba y que repartía juego. "Una asistencia hace feliz a dos jugadores", era uno de sus lemas. Talento puro, triplista nato, matador en entradas a canasta y una visión de juego y una mente que le llevaron a ser 'MVP' de todo. Con 20 años sorprendió a todos por su incipiente liderazgo pero, en la tercera y última Euroliga de aquella Jugoplastika, o Pop 84 Split, fue el auténtico líder tras la marcha de varios pesos pesados del equipo. Logró tres Euroligas, siendo el mejor, y se fue a los Chicago Bulls de Michael Jordan, Scottie Pippen y compañía para lograr tres anillos de la NBA hasta ese 'Último Baile'. Una leyenda absoluta.

   UNA CANTERA CROATA DE LUJO Y UN 'MAESTRO' MONTENEGRINO: Si bien Kukoc fue la joya de la corona, aquella Jugoplastika se nutrió de una cantera casi incomparable. Toni Kukoc, Dino Radja, Velimir Perasovic o Zan Tabak marcaron una época siendo unos imberbes, prácticamente. A su lado, el montenegrino Dusko Ivanovic era el veterano de guerra que les lideró hasta cederles el paso. Split fue fuente inacabable de promesas. Kukoc fue el mejor, pero Radja también hizo carrera en la NBA con los Boston Celtics, Perasovic brilló con aquella Yugoslavia campeona del mundo y de Europa y es ahora un gran entrenador, siguiendo los pasos, de nuevo, de Ivanovic.

   BOZIDAR MALJKOVIC, EL GUÍA: En Split querían a Vlade Durovic en el banquillo, pero finalmente se impuso el criterio del histórico técnico Aca Nikolic y su recomendado, Bozidar Maljkovic, se hizo con las riendas del equipo. El croata, formado en Belgrado, revolucionó el grupo, sacó lo mejor de Kukoc, Radja, Tabak o Perasovic y ganó dos de sus cuatro Euroligas con la Jugoplastika, empezando a ganarse el ser considerado, aún hoy, uno de los mejores entrenadores de la historia de la Euroliga. En Limoges y con Panathinaikos también triunfó, pero fue con la Jugoplastika donde hizo brillar a esa cantera infinita de Split para maravillar al 'Viejo Continente'.

   PESADILLA BLAUGRANA: Pero si la Jugoplastika arrasó, fue dejando a varios rivales en la lona, entre ellos un Bara que fue una de sus víctimas predilectas. En la 'Final Four' de Múnich 1989, la primera de las tres Euroligas seguidas para la Jugoplastika, el equipo amarillo eliminó al Bara en semifinales (77-87). Al año siguiente, en 1990 y en Zaragoza, se impusieron en la final (72-67). En 1991 se repitió la final y la historia, con la Jugoplastika hundiendo de nuevo al Bara (70-65) de Epi, Solozábal o Norris. Tanto temor le tuvo el Bara a la 'Jugo' que fichó a su técnico, 'Boza' Maljkovic, para la campaña 90-91 pero Kukoc le ganó la partida a su maestro y ni así pudo el Bara hincar el diente a aquellas leyendas de Split que deslumbraron en Europa.