El murciano se fractura la clavícula derecha y abandona una carrera que le había marcado favorito
VALKENBURG (HOLANDA), 4 (EUROPA PRESS)
El murciano Alejandro Valverde, del Illes Balears, aplazó la fecha en la que podrá coger el relevo de Miguel Indurain y Lance Armstrong en el Tour de Francia, tras abandonar hoy en la tercera etapa de la ronda gala, entre Esch-sur-Alzette y Valkenburg sobre 216,5 kilómetros y que ganó el alemán Matthias Kessler (T-Mobile).
'Balaverde' vio esparcida sobre el asfalto su candidatura al trono de Armstrong en una carrera que le había marcado como uno de los principales favoritos, después de las secuelas que produjo la 'Operación Puerto' en el pelotón del Tour.
"Me había dicho que estaba bien, que lo iba a intentar", apuntó lastimosamente su compañero Oscar Pereiro, huérfano ya de su jefe de filas en la meta de Valkenburg, escenario de 'batallas' como gustan a Valverde, cumbre de desniveles imposibles y meta de la clásica Amstel Gold Race.
Tan sólo quedaban algo menos de 20 kilómetros para la meta en la que había pensado alzar triunfal los brazos cuando su clavícula golpeó con violencia el asfalto en la enésima 'montonera' de la carrera. El subcampeón del mundo, atendido por un abatido Unzue, ya no se volvería a subir a la cabra y sí, recostado en una camilla y doloridos clavícula y orgullo, a una ambulancia.
Ajeno a este deselance José Luis Arrieta (AG2R), uno de los cinco supervivientes de una escapada que se fraguó en el kilómetro 15 -donde también figuraban Unai Etxebarria, del Euskaltel, y el alemán Jens Voight, del CSC-, se retorcía encima de la misma herramienta que había abandonado Valverde.
Arrieta trató de atrapar esa cuota de protagonismo que concede el Tour a los corredores de 'segundo plano' y llevó su osadía a falta de 2 kilómetros, justo en el ecuador del ascenso al mítico muro de Cauberg, donde Boonen, Mayo (Euskaltel), Kessler y el propio Freire afilaban sus colmillos a la caza del triunfo.
Kessler volvió a repetir el guión del día anterior y arrancó con ímpetu en los últimos 2.000 metros, dejando tras de sí a los especialistas en clásicas, Copas del Mundo y Mundiales, que no pudieron vislumbrar más que de lejos su silueta.
En cambio, un último acelerón del grupo pudo calcar el final de la jornada precedente, en la que el gregario de Ullrich quedó a 200 metros de la victoria, pero esta vez el ciclismo fue justo con su esfuerzo.
El 'canguro' australiano Michael Rogers, segundo, festejó tras Kessler el éxito del T-Mobile y el italiano Daniele Bennati (Lampre) fue tercero de un pelotón que cambió de jersey amarillo: Tom Boonen se lo arrebató a Thor Hushovd (Credit Agricole).
El belga mudará mañana, en la cuarta etapa entre Huy y Saint-Quentin, de 207 kilómetros, el arcoiris de su jersey por el amarillo, el color que ya no podrá vestir este verano Alejandro Valverde, postrado en una cama de hospital lamentando, de nuevo, su mal fario en el Tour.