Dopaje.- Eufemiano confesó "mil trampas" con la máquina de procesar la sangre

"Si la cago la voy a cagar yo; si sale mal, nos jodemos todos por culpa mía"

El médico llegó a contactar con un médico alemán en su frenética búsqueda de glicerol

Eufemiano Fuentes operación puerto
EUROPA PRESS
Europa Press Deportes
Actualizado: martes, 5 marzo 2013 16:14

MADRID, 5 Mar. (EUROPA PRESS) -

El glicerol, sustancia imprescindible para procesar las bolsas de sangre antes de su congelación, centró buena parte de los quebraderos de cabeza de Eufemiano Fuentes en el fin de semana de conversaciones 'pinchadas' por la Guardia Civil (12-15 mayo 2006), hasta el punto de que el canario contactó con el médico canario Markus Choina para que le suministrara el producto y llegó a realizar "mil trampas" ante la situación de verse sin bolsas de sangre.

Las conversaciones telefónicas demuestran que el socio de Fuentes, José Luis Merino Batres, aprovechaba su posición como jefe de hematología del Hospital la Princesa de Madrid para conseguir glicerol, llamando a colegas de otros centros similares de España. "He llamado a Sevilla, Córdoba, Granada, a ver si en la fábrica de las Fuerzas Armadas los tienen. Este producto es una chuminada campestre", le espetó Merino a Fuentes.

La carencia de glicerol angustiaba a Fuentes en "el fin de semana más importante de mayo", según sus palabras, en pleno Giro de Italia y con varios clientes de la trama en competición. Ante esta situación, decir "engañar a la máquina" que empleaban para tratar la sangre.

"Si la cago la voy a cagar yo, si sale mal, me jodo, nos jodemos todos por culpa mía. Si pesa 350 le digo que 250 para que ponga menos cantidad de lo otro. Prefiero mal que nada", amenazó Eufemiano. Ante esta situación, Merino le recuerda que "hay que esterilizar el glicerol en bruto". "Qué más da que esté esterilizado o no", le contestó Fuentes. "He engañado a la máquina, que quieres que te diga, he hecho mil trampas, si me sale me caso", le confesó posteriormente en un diálogo con otro de los imputados en el caso, José Ignacio Labarta.

La otra vía que explotó el galeno fue la de su colega alemán Markus Choina, que ya había enviado "cinco o seis cajas de Synacthene y diez cajas de Actovegin" al domicilio en Zaragoza de Labarta. "El Actovegin es para mi hermana (Yolanda Fuentes, también imputada), el Synacthene es para mí. El martes te mando la transferencia", le dice Fuentes a Choina antes de pedirle su producto indispensable.

"¿Tú conoces el glicerol, es posible conseguirlo en Alemania? En mi país solo lo hacen para hospitales. Necesito muchas, a lo mejor, cien botellas. Aquí no quiero hablar de congelar, estoy desesperado por hablar contigo. A lo mejor tú puedes pedirlo para tu hospital, urgentemente necesito diez botellas, cinco litros. Mañana te llamo y me confirmas", le pidió el español a su colega, al que facilita la fórmula química del glicerol para que lo elabore. "No hay ningún problema", contestó Choina.

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