MADRID, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
El ciclista británico Chris Froome (Team Sky) descargó la tensión acumulada estas semanas a lo largo del Tour de Francia al verse de nuevo en lo alto del podio de París, como hiciera en 2013, al tiempo que explicó el orgullo que siente al vestir de líder en la ronda gala, "un maillot amarillo que nunca" ha "deshonrado".
"Lo primero es dar las gracias a todo mi equipo, sin ellos habría sido imposible. El maillot amarillo tiene una larga historia y yo siempre la he respetado, nunca la he deshonrado y me siento orgulloso de todos y cada uno de los días que lo he llevado", indicó al término de la última etapa de la ronda gala en los Campos Elíseos.
Caballero y sin rencor, Froome defendió su juego limpio vistiendo de amarillo y se ahorró mencionar las conductas desdeñables que tuvo que soportar de algunos aficionados, que le escupieron e incluso arrojaron orina, o le acusaron de dopado.
"El camino hasta esta segunda victoria ha sido muy largo y he tenido que ir subiendo escalón a escalón. ¡Es increíble! Si me pongo a pensar en todo lo que ha pasado desde que salimos de Holanda hay tantas cosas, muchos momentos vividos con mi equipo", apuntó.
"A veces ha sido estresante, he tenido que luchar con la bici y sin ella. Ahora me encuentro mucho mejor porque quería esta foto sobre el podio la deseaba con todas mis fuerzas", añadió antes de referirse a todo el esfuerzo hecho para poder volver a ser campeón.
"Me ha supuesto muchísimo trabajo, mucho sacrificios, pero es por lo que me despierto todas las mañanas para entrenar, por lo que paso tiempo lejos de mi familia. Soy incapaz de decir si esta victoria es más bonita que la anterior. Ganar el Tour de Francia una vez es algo increíble. Y volver a estar aquí otra vez, significa mucho para mí", finalizó.
