BARCELONA, 21 Ago. (EUROPA PRESS) -
El FC Barcelona no dio opción a la sorpresa ante el RCD Espanyol (3-0) en el Camp Nou, donde acabó con su rival en los primeros 12 minutos, y se adjudicó, salvo que prosperen los recursos del Espanyol en los despachos, la Supercopa de España, la séptima de su historia, con la que alcanza al Real Madrid en el palmarés del torneo y con la que se adjudica el primero de los seis títulos a los que aspira esta temporada.
El Camp Nou abrió el curso con ganas de goleada sobre el Espanyol, más si cabe debido a la impugnación de la supuesta alineación indebida de Puyol y Xavi por parte del club españolista, y los azulgrana, que partían con la ventaja de 0-1 obtenida en Montjuïc, liquidaron el segundo asalto nada más comenzar, con goles de Xavi (min. 2) y Deco (min. 12), y lo remataron en la segunda parte con un gran gol de tijera de Deco (min. 61).
El equipo de Rijkaard ofreció una primera media de hora soberbia, un partido muy completo en líneas generales, y no encontró rival en un Espanyol que tuvo que asumir su inferioridad y pensar antes de lo esperado en el objetivo de no salir humillado del Camp Nou, donde los blanquiazules vieron que en el campo no pueden con el Barça y sufrieron las consecuencias de la batalla legal iniciada en los despachos.
SENTENCIA EN 12 MINUTOS.
En apenas dos minutos cayó el primer gol, marcado por Xavi de cabeza tras una gran pase de Ronaldinho, aprovechando la inocencia defensiva de los españolistas. Y a los 12, llegó el 2-0. De nuevo se benefició el Barcelona de un despiste del Espanyol en los marcajes y esta vez fue Deco, solo para entrar por el centro del área, como Xavi en la jugada del primer tanto, quien marcó, de disparo raso tras un pase de Belletti.
El lateral brasileño, nuevo ídolo del barcelonismo por su decisivo gol en París en la final de la Liga de Campeones, y que no fue convocado para el partido de ida, fue también protagonista, siendo el autor del pase de los dos goles de Deco, aunque mención especial merece el centrocampista internacional portugués por el espectacular remate de tijera con el que batió a Kameni y puso el 3-0 en el marcador.
El Barcelona brilló en el centro del campo y en su sensacional arranque de partido tuvo una vez más a su jugador de referencia en Ronaldinho, autor también de un gran pase de gol a Giuly en Montjuïc. El brasileño volvió a mostrar su mejor fútbol, motivado como nunca tras su mala actuación en el Mundial y dispuesto a demostrar que en su posición en el Barça es el de siempre, nada que ver con lo ocurrido en Alemania.
Fue también una noche para Messi, que reaparecía en el Camp Nou desde la lesión muscular sufrida el pasado 7 de marzo ante el Chelsea, y también para Jorquera, que tuvo su oportunidad, y para dos de los tres fichajes del Barcelona, el islandés Gudjohsen y el francés Thuram, que debutaron ante su nueva afición en la segunda parte, no así el italiano Zambrotta, que había jugado la ida pero esta vez vio el partido desde el banco.
Una vez levantada la Supercopa, el equipo barcelonista encara ahora, gustándose y convencido de sí mismo, el segundo título del curso, la Supercopa de Europa, que buscará el próximo viernes en Mónaco ante el Sevilla, aunque antes afronta una cita menor ante un rival de prestigio en el Trofeo Joan Gamper, en el que el próximo miércoles recibirá al Bayern de Múnich en el Camp Nou.
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