Barça y Madrid empatan en una noche sin sabor a clásico

Actualizado: domingo, 2 abril 2006 2:48


BARCELONA, 2 Abr. (EUROPA PRESS) -

El FC Barcelona y el Real Madrid CF concluyeron con un empate un clásico jugado a medio gas por los locales, beneficiados a los 25 minutos por un penalti y la expulsión de Roberto Carlos por protestar, en un partido extraño, sin la magia de otras noches entre los dos grandes del fútbol español.

El líder de la Liga sale reforzado, pues mantiene a 11 puntos al Madrid y se acerca a su objetivo de revalidar el título, aunque el equipo madrileño dio la cara pese a jugar con uno menos durante más de una hora, y es que la superioridad numérica fue lo que hizo bajar al Barcelona.

Los azulgrana asumieron el dominio desde el primer momento ante un Madrid replegado y se encontraron con el 1-0 en un giro inesperado en apenas cinco minutos, a partir del 20, cuando Van Bommel provocó un penalti ante Roberto Carlos que, además, sacó del partido al lateral brasileño.

Roberto Carlos se cargó con una tarjeta por protestar el penalti, muy discutido por la intención del holandés de buscar la caída, y cinco minutos después se borró del partido. Otra vez por protestar, de forma insistente ante una falta, vio la roja directa y dejó a su equipo con 10.

El Barça había hecho méritos para cobrarse ventaja, aunque le faltó definición en sus primeros intentos, sobre todo a los tres minutos, cuando Van Bommel desaprovechó un soberbio pase de Ronaldinho, y se adelantó gracias a un polémico penalti, transformada por Ronaldinho, que engañó a Casillas.

Eto'o, que hasta ahora había inaugurado el marcador en los tres clásicos que había disputado, también había dado su primer aviso, que se encontró con un gran Casillas, pero fueron un penalti y una expulsión, dos acciones con motivos para la discusión, lo que desniveló el juego. Aunque entonces el Barcelona bajó su intensidad.

La emoción parecía finiquitada y el Barcelona se dejó llevar por la sensación de superioridad, lo que permitió tomar aire al Madrid, que trató de recomponerse con la entrada de Mejía en lugar de Robinho. Entonces apareció Ronaldo para equilibrar el resultado, tras ganarle la espalda a la defensa barcelonista en una escapada al área.

Baptista le puso uno de los balones hacia el área que Ronaldo no suele desaprovechar. El '9' madridista se fue de Motta en un arranque de velocidad que dejó clavado al medio barcelonista, que se resintió de sus problemas musculares y poco después era sustituido por Belletti, y luego picó con habilidad ante la salida de Valdés.

OTRO EMPATE DEL BARCELONA POR SU FALTA DE ACIERTO.

El Madrid aprovechaba su única ocasión de gol para igualar un partido que se le había puesto cuesta abajo, tanto por su planteamiento y el ritmo menor ante el juego del Barcelona como por las decisiones arbitrales que, sin embargo, habían recortado el nivel de concentración de los jugadores barcelonistas.

Las gradas mostraban un aspecto inigualable y registraron la segunda mejor asistencia de la temporada, sólo superada cuando llegó el Chelsea, aunque por momentos no se asemejaba a las de otros clásicos. La comodidad que le da la clasificación de la Liga se dejaba notar sobre el terreno de juego y también entre la hinchada culé.

El Barcelona salió más centrado en la segunda parte, en la que tres minutos tardó Eto'o en volver a poner en problemas a Casillas, al que el poste derecho salvó del 2-1 en un duro disparo del camerunés. Tenía 45 minutos para un segundo gol con el que llevarse el partido y dejar la Liga vista para sentencia.

Rijkaard movió pieza para darle más poder ofensivo a su equipo con la entrada de Giuly en lugar de Van Bommel --y quizá también pensando en el partido del miércoles ante el Benfica en la Liga de Campeones-- ante un Madrid al que no le quedaba otro remedio que aguantar en su campo y esperar algún balón para salir al contragolpe.

Ronaldo resumía la capacidad de crear peligro de los blancos, era su única referencia --fundido Zidane-- para tratar de cambiar el signo de una noche que el Barcelona tenía a su favor y sus acciones silenciaban por momentos el Camp Nou, aunque era el Barcelona el que estaba más cerca del gol. Pero no podía con Casillas.

En una ocasión ante Larsson y en otra, aún de mayor mérito, ante un lanzamiento por bajo de Ronaldinho, Iker mantuvo a resguardo el punto de su equipo en el Camp Nou. De nuevo el acierto del meta rival y la falta de puntería, como el pasado martes en Lisboa (1-1), mantuvieron en el empate al Barcelona.

Los azulgrana, que llevan tres partidos en que sólo han podido marcar de penalti y ahora deben ganar al Benfica para seguir en Europa, buscaron el triunfo hasta el último minuto, pero no fueron capaces de doblegar al Madrid, más que satisfecho con el resultado pero que perdió su última oportunidad en la Liga.