VIGO, 3 May. (EUROPA PRESS) -
El FC Barcelona festejó a lo grande, con triunfo en Balaídos (0-1), la consecución del título de Liga de la temporada 2005/06 que recibió en extrañas circunstancias mientras los jugadores se retiraban al vestuario a la conclusión de la primera parte de su partido y se producía la derrota del Valencia en Son Moix (2-1).
El cuadro de Frank Rijkaard conquistó un título, el segundo consecutivo, y el octavo en los últimos quince años, que saboreaba desde hacía varias jornadas y cimentado en un elenco de jugadores extraordinarios aderezados por las incontables gotas de calidad de Ronaldinho y Eto'o.
El equipo culé confirmó así un título, el decimoctavo de su historia, que se trabajó en la primera parte del campeonato con una racha increíble de catorce victorias consecutivas, en las que demostró estar un escalón por encima del resto de equipos del campeonato nacional.
Si el año pasado fue en el campo del Levante, el FC Barcelona certificó su supremacía en la Liga española esta temporada en Balaídos gracias al tropiezo del Valencia, que también entregó la ventaja que tenía sobre el Real Madrid en la lucha por la segunda plaza si los blancos son capaces de vencer mañana en Santander.
Pese a todo, el Barça salió a Balaídos dispuesto a ratificar su superioridad. Los de Rijkaard dominaron en el primer acto ante un Celta tímido, expectante a cómo se podían desarrollar los acontecimientos en Son Moix para ejecutar sus armas en el segundo acto.
El Barcelona generó fútbol como siempre y dispuso de ocasiones claras, por medio de Larsson y Eto'o, para haberse adelantado en el marcador, pero no lo hizo y esperó con expectación el resultado de Mallorca, donde ya se conocía la derrota del Valencia.
LA ALEGRÍA SE DESATA AL DESCANSO
En el descanso se produjo el momento clave de la jornada. Los jugadores, que conocían la derrota del Valencia, se marcharon al vestuario con la emoción contenida. Igualmente los directivos, encabezados por el presidente Joan Laporta, salían del palco sensiblemente emocionados.
Finalmente se consumó la derrota del Valencia y se desató la alegría entre los directivos, con un Laporta sonriente y satisfecho, y los jugadores, que celebraron el título en el vestuario a gritos de 'campeones, campeones' antes de volver al césped de Balaídos.
Tras la pequeña fiesta, los jugadores volvieron serios y concentrados al terreno de juego aunque algunos como Ronaldinho, habitualmente sonriente, mostraba en su rostro toda la felicidad. El brasileño fue cambiado a los diez minutos de la reanudación, cuando el Barça ya ganaba gracias a un gol de Eto'o, que sigue persiguiendo su anhelado 'pichichi'.
Eto'o pudo incrementar su renta, pero ya era lo de menos porque el FC Barcelona sólo contaba los minutos para asaltar el estadio de Balaídos y dar rienda suelta a su alegría por la consecución del título, el segundo de la temporada tras la Supercopa de España y que todavía se puede redondear con la conquista de la Copa de Europa el próximo 17 de mayo en París.
