MONTECARLO (MONACO) 25 (EUROPA PRESS)
El lateral derecho del Sevilla Daniel Alves da Silva recibió hoy, de manos de Angel María Villar, el premio como mejor futbolista de la pasada edición de la Copa de la UEFA, un galardón que le consagra en el firmamento de los nombres más destacados del fútbol continental tras una progresión imparable desde su discreta llegada al conjunto nervionense hace cuatro años.
Alves nació el 6 de mayo de 1983 en la localidad brasileña de Juazeiro y su nombre comenzó a sonar con su debut en 2002 en el EC Bahía, conjunto de la Segunda División de la liga carioca en el que se formó.
El futbolista pasó pronto al escenario internacional, al jugar con Brasil en el verano de 2002 en un trofeo amistoso de selecciones juveniles en Qatar, en el que fue elegido mejor carrilero diestro del torneo.
Aquella competición catapultó a Alves y pronto empezaron a fijarse en él equipos, como el propio Sevilla, que se decidió a ficharlo como apuesta de futuro, adelantándose a rivales como la poderosa Juventus italiana.
Sin embargo el estreno de Alves como sevillista, en la temporada 2002/2003, a las órdenes de Joaquín Caparros, estuvo preñado de dudas e incluso duras críticas, por parte de quienes no terminaban de creer en sus cualidades.
Y es que el brasileño comenzó en una demarcación en la que no estaba acostumbrado a jugar, la de interior. Daniel necesitaba más recorrido, por los que no cuajó y sólo fue titular en un partido de los diez que disputó aunque, pese a todo, dejó entrever buenos detalles.
A partir de entonces su nivel fue a más, hasta recuperar su demarcación predilecta, en la banda derecha, hasta convertirse en uno de los jugadores más destacados de la 'Liga de las estrellas'.
Así las cosas, la temporada pasada ha sido la más importante de su trayectoria deportiva, pues además de ser uno de los máximos asistentes de la Liga, ha conseguido sumar tres goles y hacer una gran actuación durante esa Copa de la UEFA que le catapultó hasta el punto de que durante todo el verano el Liverpool de Rafa Benítez, ha intentado, aunque en vano, hacerse con sus servicios a golpe de talonario.
Y es que el Sevilla ya ha dejado claro que, pese a la expresa voluntad del zaguero de marcharse a los 'reds', sólo se desprendería de él por una cifra astronómica, cercana a los 60 millones de euros de su cláusula de rescisión de su contrato, que le vincula a los hispalenses hasta junio de 2011.
