GLASGOW, 16 May. (Del enviado especial de EUROPA PRESS Daniel Álvarez) -
Volcada con la final de la Copa de la UEFA que disputan el RCD Espanyol y el Sevilla, Glasgow celebra durante el día de hoy una gran fiesta con acento español en sus calles más céntricas para los cerca de 30.000 aficionados españoles desplazados a la ciudad escocesa, en una jornada de rivalidad amistosa, llena de risas, abrazos y con muy buen ambiente en las horas previas, aunque, eso sí, pasada por agua, porque el tiempo no perdonó y una lluvia fina estuvo cayendo sin cesar.
Grupos de gaiteros, actuaciones musicales para animar más si cabe a los seguidores y mucha cerveza amenizaron la jornada para sevillistas y españolistas, concentrados en su mayoría en el centro de Glasgow, con apenas cinco manzanas de separación, en dos zonas habilitadas por la UEFA para ambas aficiones, los andaluces en una plaza, George Square, sin protección para la lluvia, y los catalanes en una plazoleta cubierta en un antiguo mercado, Merchant City.
Las faldas de cuadros y los típicos gorros escoceses abundaron en la vestimenta de numerosos hinchas, blanquiazules unos y blanquirrojos los otros, y también las banderas de Escocia, con las aspas blancas sobre fondo azul, en este caso apropiadas por los hinchas del Espanyol. En definitiva, una gran fiesta española en una ciudad que compensó la dificultad económica del desplazamiento por la necesidad de viajar en avión con una gran bienvenida a la afición española.
Engalanada por todos los rincones con banderas españolas y otros elementos vinculados con la final y con los clubes, bares, restaurantes y otros establecimientos, preparados para la ocasión con tapas y algunos productos típicos de la gastronomía española, brindaron una cálida acogida, aunque con la lluvia de por medio, a los cerca de 15.000 aficionados de cada equipo. Todo ello, sin embago, bajo un riguroso control de las zonas permitidas para fumar y para beber alcohol.
La buena convivencia, además, predomina durante el día y no hay constancia de que se hayan registrado incidentes. Incluso, han encontrado en el FC Barcelona algunos lazos de unión, los españolistas por su histórica rivalidad, que se dejó notar con cánticos como 'Donde están, no se ven, en Europa a los culés', y los sevillistas por la pugna por la Liga u otras cuestiones, como el cierre del Camp Nou, que era reclamado en una pancarta en la plaza de encuentro de los andaluces.
El único punto negro de la jornada no estuvo en Glasgow, sino en los aeropuertos de El Prat y de San Pablo. En Sevilla hubo retrasos de hasta 12 horas, pero lo peor ocurrió en Barcelona, donde más de 300 aficionados del Espanyol se quedaron en tierra sin poder ir la final. En su mayoría, se encontraron con que los billetes que habían adquirido correspondían a vuelos inexistentes, debido a la estafa de un 'broker' a una agencia de viajes, que no estaban programados por Aena.
El club españolista trató de resolver la situación y logró un vuelo para cerca de 200 seguidores, asumiendo todos los gastos, pero no pudo lograr otro como había tratado de gestionar y para el resto no hubo solución posible y tuvieron que resignarse a ver el partido por televisión, en un episodio que continuará con demandas ante la justicia y que llenó de indignación a los hinchas españolistas, que protagonizaron protestas y algunos altercados en el aeropuerto de El Prat.
