Fútbol.- Juan Carlos Oliva: "No podía aceptar la imposición del presidente"

VITORIA 16 Feb. (EUROPA PRESS) -

El ex técnico del Alavés Juan Carlos Oliva compareció en rueda de prensa, inmediatamente después de que lo hiciera el presidente Dmitry Piterman, y dijo sentirse muy "afectado" por lo ocurrido y asegurar que "no podía aceptar" la imposición del presidente porque es "entrenador por encima de todo", con "unos principios" a los que no está dispuesto a renunciar.

"El lunes me intentó variar el planteamiento del partido del sábado, y yo eso no lo puedo aceptar. No había tenido ninguna imposición antes. Ahora sí. Antes de que Oliva tuviese que optar, Dmitry ha tomado una decisión. Como me ha dicho Dmitry, mi autonomía ha durado mientras ha estado de acuerdo con lo que yo he hecho. Cuando no ha habido acuerdo, se ha acabado la autonomía", explicó.

Sin embargo, el técnico del Zaragoza no tuvo en ningún momento palabras de reproche para el presidente alavesista, al que siempre ha "visto como un segundo entrenador, como una persona más en el cuerpo técnico, con el que discutía los temas técnicos".

De hecho, aseguró sentirse "agradecido" por "la oportunidad" que le ha dado. "Si el equipo se salva, yo seré el primero que me alegre por la gente, por los jugadores y por Dmitry", dijo.

Oliva afirmó que se va "contento porque el Alavés ha encontrado una forma para ganar". "Independientemente de los resultados, creo que hemos trabajado bien. Si no se puede aplicar esta jornada, en un futuro los entrenadores sabrán que hay una alineación base con la que el equipo es capaz de ganar partidos", subrayó.

Sobre la repercusión que su destitución puede tener en la marcha del equipo, con el que la relación había sido "fabulosa", Oliva señaló que no es "quién para valorarlo". "Puedo desear que estas cinco semanas sean capaces de contribuir a que el equipo se salve. Puedo ser responsable del periodo en que estado en el Alavés. A partir de ahora solo puedo desear buena suerte al club, a los jugadores y a Dmitry", destacó.

El técnico de Mequinenza abandonó la sala de prensa casi con lágrimas en los ojos entre los aplausos del medio centenar de representantes de los medios de comunicación que se dieron cita y la treinta de aficionados que quisieron despedirle.