MADRID, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Provincial de Madrid juzgó hoy a un seguidor del Atlético de Madrid que supuestamente agredió a otro al golpearle la cara con una piedra, hechos ocurridos en las inmediaciones del Estadio Vicente Calderón en octubre de 2003 por los que el fiscal pide cuatro años de prisión para el imputado.
El escrito de conclusiones de la fiscal, al que ha tenido acceso Europa Press, considera probado que sobre las 21.00 horas del 20 de octubre de 2003 el acusado Rubén L.S. agredió, a la salida de un partido de fútbol, a otro seguidor del Atlético de Madrid con una piedra en la cara, lo que le provocó el hundimiento de los huesos propios nasales.
El agredido tardó 31 días en curar y como secuelas tiene dos cicatrices en la nariz, una de tres centímetros y otra de un centímetro, y además sufre dificultades al respirar que desparecerán con el tiempo. El fiscal considera los hechos narrados constitutivos de un delito de lesiones por el que solicita cuatro años de prisión para el imputado y una indemnización de 4.860 euros para el lesionado.
PERDIÓ LA CARTERA POR LA MAÑANA
Durante el juicio celebrado esta mañana en la Audiencia madrileña, el supuesto agresor relató que ese mismo día había estado en las inmediaciones del estadio "tomando por la mañana el aperitivo con un amigo" y perdió la cartera. "Esa cartera se la dieron a los agentes cuando se produzco la pelea y dijeron que había sido yo el que había lanzado la piedra, pero esa tarde yo no estuve allí".
Asimismo, Rubén negó ser miembro del Frente Atlético porque no le "gusta el fútbol", y agregó que en el momento de la pelea se encontraba de camino a San Sebastián de los Reyes para recoger a su novia. Así, la novia del procesado ratificó que ese día le fue a buscar al trabajo a San Sebastián de los Reyes. "Además, hemos sufrido amenazas telefónicas de todo tipo y Rubén ha tenido que estar un tiempo viviendo en casa de un amigo", aseguró la pareja del inculpado.
Por su parte, la víctima relató que el día de los hechos se encontraba con su novia y, al pasar por delante del bar Parador, vieron como en una pelea "había gente que amenazaba a personas que conocíamos". "A los pocos segundos -continuó relatando- nos encontramos a los amigos a los que amenazaban y, sin previo aviso, llegó gente por detrás y me lanzó una piedra que me dio en la cara".
Del mismo modo, el agredido, militar en la Guardia Real, agregó que suele ver los partidos del Atlético de Madrid en las gradas en las que se sitúa el Frente Atlético, pero negó ser "un ultra". Mientras, uno de los agentes de la Policía Nacional que acudió al lugar de la pelea afirmó que unos jóvenes que se encontraban en los alrededores del estadio le dieron la cartera de Rubén L.S. y le dijeron que él era el agresor. También apuntó que "hay diversos grupos dentro del Frente Atlético y en ocasiones han tenido rivalidad entre ellos".
CONCLUSIONES DE LA FISCAL
Después de oír declarar a todos los implicados, la fiscal consideró "acreditado que se produjo la agresión en los térmicos señalados". "No hay duda de que Rubén es el agresor, tal y como ha sido ratificado por los testigos: el agredido y su novia han reconocido en varias ocasiones a su agresor", sentenció.
"El acusado -añadió- dice que sólo estuvo en las inmediaciones del estadio esa mañana y que perdió la cartera, pero si perdió la cartera en el mismo lugar de la agresión y fue recogida en ese mismo momento, está claro que estuvo allí".
Por el contrario, el letrado de la defensa apuntó "que no está ni mucho menos acreditado" que su cliente fuera la persona que lanzó la piedra. "Su versión ha sido clara y verosímil. Estaba buscando a su novia y el amigo con el que tomó el aperitivo ha declarado que le llamó por la tarde para decirle que había perdido la cartera", concluyó. El juicio ha quedado visto para sentencia.