LONDRES 20 Abr. (EP/Reuters) -
La policía escocesa informó este martes de que había desactivado un paquete bomba que iba destinado al entrenador del Celtic Neil Lennon y a dos aficionados de renombre del equipo católico de la ciudad de Glasgow.
El Celtic tiene una base de seguidores católicos mientras que el vecino y gran rival de la ciudad, el Rangers la mayoría son protestantes. Lennon, católico ha sido objeto de diversas amenazas verbales y físicas en el pasado.
Lennon dejó de jugar con la selección de Irlanda del Norte en 2002 después de recibir una amenaza de muerte que los medios de comunicación apuntaban que procedía de paramilitares unionistas protestantes de la provincia.
"Que quede bien claro que hay una investigación policial de gran envergadura en curso para asegurar que la persona o las personas en cuestión son identificadas y detenidas, y llevadas ante la justicia con todo el rigor de la ley", advirtió el primer ministro de Escocia, Alex Salmond, en un comunicado el martes.
Otros dos paquetes bomba se dirigían al abogado de Lennon, Paul McBride y el ex diputado y presidente del parlamento escocés Trish Godman. Sólo el paquete enviado a Godman llegó a su oficina, pero no explotó como los otros dos ya que fueron interceptados por los trabajadores de correos, informaron diversos medios de comunicación británicos.
"NO VAMOS A TOLERAR ESTA DELINCUENCIA", ASEGURÓ EL PRIMER MINISTRO.
"No vamos a tolerar este tipo de delincuencia en Escocia, y como detalle de la seriedad con la que vemos a estos acontecimientos, el subcomité del Consejo de Ministros se reunió el pasado sábado para garantizar todo el apoyo posible a la investigación policial con el objetivo de llegar a una conclusión exitosa", añadió el primer ministro escocés.
La UEFA abrió un expediente contra el Rangers este mes por los cánticos racistas proferidos por sus aficionados durante la eliminatoria de octavos de final de la Europa League celebrada el mes pasado ante el PSV Eindhoven.
El equipo protestante ya fue sancionado hace casi cuatro años por el comportamiento de sus hinchas y tuvo que pagar a la UEFA una multa de 9.468 euros debido a los problemas causados por su afición durante un partido contra Osasuna en mayo de 2007.