MADRID, 3 DE NOVIEMBRE (EDIZIONES)
El cuarto partido de la fase de grupos de la Champions League que enfrenta a Real Madrid contra el París Saint-Germain tiene, además de tener todas las claves para que sea un encuentro espectacular, un puntito de morbo. Después de algo más de un año, Ángel Di María, ex jugador blanco, vuelve al Bernabéu, aunque esta vez vistiendo la camiseta del PSG.
La situación será, al menos, extraña. El argentino fue uno de los jugadores clave en la consecución de La Décima gracias a su buen hacer, trabajo, sacrificio y goles. Era un jugador querido en la plantilla y querido por la afición madridista, y era valorado por muchos de ellos como imprescindible en el once titular de Ancelotti. Lo mismo pasó con el técnico, que le dio la confianza de estar entre los once habituales, jornada tras jornada. Todo iba bien, pero “El Fideo” acabó despidiéndose de los fans de Concha Espina para poner rumbo a Manchester. Quiso saber cómo de grandes eran las libras.
Su salida del club blanco no fue la mejor. Aunque sí acarreó mucho dinero a las arcas blancas. Las negociaciones no le dejaron en buen lugar con el socio blanco. Además, anteriormente tuvo un mal gesto con la afición cuando se produjo el famoso “acomodo” al ser cambiado y escuchar pitos desde la grada. Cierto que tenía algunos detractores, pero en general, fue perdonado. Gracias a su trabajo y a Carlo ancelotti, que confió en él. Lo cierto es que, cuando se oía el rumor sordo de su marcha, la gran mayoría de simpatizantes blanco no deseaba su marcha. Irse del Madrid es peligroso, igual quieres volver después...
Se fue al Manchester United. No cayó en gracia a Van Gaal y no pudo sacar lo mejor de sí mismo. Una temporada nada más duró a las órdenes del neerlandés. Y ahora, en París. Está mejor, pero no es Madrid ni el Real Madrid. En el mercado estival no dejaron de oírse rumores de que el argentino deseaba volver. Pero ya era tarde. James ha hecho olvidar al “Fideo”. Ahora, vuelve al Santiago Bernabéu. ¿Cómo le recibirá la afición?
Hay tres posibles recibimientos, obviamente. Los pitos, el primero. Al fin y al cabo, ahora es un rival que hará todo lo posible para que su equipo gane. La afición deseará un mal partido de Di María, y seguro que no le aplaudirá en cada momento que toque el balón. Es más, viendo cómo salió, que no quedó bien con los madridistas, y que algunos aún no perdonan el “acomodo” genital, es probable que se oigan silbidos en el coliseo blanco.
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Otra opción son los aplausos. Durante toda su estancia en el Real Madrid, el pequeño futbolista argentino dio todo lo que tenía, sudó la camiseta, dio grandes tardes de fútbol a sus aficionados y fue decisivo a la hora de conseguir la ansiada Décima. Hay muchos que le consideraron pieza fundamental del once y que no querían venderle ni por todo el oro del mundo. Muchos tienen memoria de lo que hizo por el equipo. Y por eso, puede ser que se oigan aplausos para el argentino. No sería la primera vez que se aplaude a un rival en el Bernabéu. De ahí salieron ovacionados Ronaldinho, Fernando Carlos Redondo Neri y Pirlo, más recientemente.
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La tercera y última es la indiferencia. La menos probable. Seguramente el Bernabéu se decidirá por una u otra de las anteriores. Aunque todo es posible. Hay razones para dudar que, cuando el speaker dé las alineaciones y radie el nombre de Di Máría, el Bernabéu no reaccione. ¿Cuál crees tú que será la opción correcta?
