Real Madrid y Atlético terminan en tablas un derbi dominado por los rojiblancos

Actualizado: domingo, 1 octubre 2006 22:43


MADRID, 1 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Real Madrid y el Atlético sellaron tablas (1-1) en un derbi decepcionante en su sentido futbolístico ante la inoperancia de dos equipos incapaces de encontrar el camino de la portería rival, sin poder encauzar su fútbol los locales y sin la determinación y ambición necesarias los visitantes.

El equipo rojiblanco perdonó no obstante a los blancos. En el primer acto cuando el Real Madrid estaba descabezado y sin referentes en la medular y especialmente en el tramo final cuando dispuso de un jugador más sobre el césped, tras la expulsión por doble amarilla de Sergio Ramos, y el argentino Agüero desaprovechó una pared perfecta con Fernando Torres para salir coronado del estadio merengue.

El Real Madrid se ahogó en su propio estadio ante un sólido Atlético y evidenció que sus problemas se agravan cuando enfrente existe un rival de enjundia. Los de Capello apenas canalizan fútbol, salvo el que sale de Guti y el que lucha Raúl. Precisamente el 'siete' blanco fue lo más destacable de los locales, especialmente por su gol, el noveno al Atlético y un año después del último que marcó en Liga ante el Deportivo. El tanto del capitán sirvió para paliar la versión ofrecida por los blancos, así como la expulsión que siempre servirá de justificación para algunos.

En el lado rojiblanco se empiezan a vislumbrar trazos de lo que puede ser un gran equipo. Quizá mayor mentalidad hubiera sido necesaria para tomar el Bernabéu porque la ocasión parecía pintaba por ellos mismos. Apenas tuvieron problemas en defensa y controlaron la medular, pero no se produjo la explosión deseada en el ataque. Fernando Torres volvió a decepcionar a sus seguidores y Agüero, que salió excesivamente tarde, pecó de insolente al tirar una vaselina a Casillas cuando lo más fácil parecía rematar el partido con un lanzamiento menos filigranero.

El Atlético encontró el balón o se lo cedió el equipo blanco de inmediato. Bajo el amparo del esférico, los de Aguirre evitaron un posible arrebato del Real Madrid en los primeros instantes y acoplaron sus líneas lo suficiente para demostrarle a los madridistas que su apuesta era seria, aunque Agüero estuviera expectante en el banquillo.

DOS EQUIPOS SIN FÚTBOL

Capello repitió los mimbres de la Liga de Campeones y Aguirre entregó el testigo de la medular a Maniche y Luccin. El posicionamiento rojiblanco parecía el más adecuado para que el fútbol blanco fuera más espeso que nunca. Los blancos se quedaron sin salida cuando Emerson y Diarra decidieron ausentarse del encuentro. La única vía posible era la de Guti, pero Aguirre también lo sabía y la consigna era clara para sus jugadores, tapar su zurda.

El planteamiento de los rojiblancos se vio reforzado además a los seis minutos en un gran desbarajuste de la zaga local. Sergio Ramos cedió a Casillas para que despejara pero su intento quedó en las botas de Torres, quien asistió a Maxi que entraba por el flanco izquierdo. El argentino le ganó el pulso a Roberto Carlos y cedió para que Mista doblegase la resistencia de Casillas. Años después, Mista, que salió de la cantera merengue, cobraba su particular venganza y sobre todo ponía al Atlético en una posición muy firme.

El fútbol de los blancos careció de significado desde entonces. Sin fluidez ni circulación, ni siquiera presión o agresividad, el Real Madrid parecía morir lentamente. Tampoco Reyes encontraba la fórmula para despertar a los suyos con sus habituales chispazos y el Atlético vivía plácidamente en el Bernabéu. Incluso pecó de falta de ambición para ir decididamente a por el triunfo. No obstante disfrutó de ocasiones manifiestas por parte de Maniche,en un contragolpe, o el propio Petrov con una volea desde fuera del área.

APARECE RAÚL

Como si la cinta se rebobinara años atrás, Raúl volvió a cruzarse en el camino del Atlético. Una gran desmarque del capitán, a la espalda de Pernía, y un centro medido de Guti, le sirvió al 'siete' para firmar el empate, a la postre definitivo. Raúl celebró con la grada, señalándose la camiseta a modo de reivindicación, el tanto madridista, que parecía expiar los pecados madridistas.

En el segundo ni siquiera la lucha del canterano, ni el revulsivo en forma de Ronaldo sirvió a los blancos para mejorar en su fútbol. Una versión mediocre la del conjunto blanco, que parece haber retrocedido después de dos semanas de mejorar.

En el Atlético faltó decisión para buscar la meta de Casillas, aunque pudo haber encontrado el triunfo en esa pared mágica entre Torres y Agüero que el argentino echó fuera. Un emocionante epílogo para un partido sin fútbol y con dos contendientes en trayectorias bien distintas, pero que siguen instalados en la zona noble de la tabla.