El Real Madrid se fabrica una victoria ilusionante

Actualizado: domingo, 22 abril 2007 11:29


MADRID, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Real Madrid logró un trabajado y valioso triunfo ante el Valencia (2-1) en un partido de efímeros argumentos ofensivos, pero de gran tensión competitiva y que permite a los blancos prolongar una semana más sus posibilidades de seguir luchando por el título liguero.

El conjunto de Capello, que estuvo durante una hora sujeto a un excepcional gol de Van Nistelrooy mientras el Valencia maduraba su superioridad, supo sobreponerse con brío al empate logrado por Morientes mediado el segundo acto, en el que es el cuarto tanto que marca a su ex equipo.

Los blancos alcanzaron la victoria, que amplía su colchón de puntos para la plaza 'Champions', a balón parado, con centro de Beckham, que volvía un mes después, y remate a bocajarro de Sergio Ramos. Ahora, los madridistas trasladan la presión al FC Barcelona y sobre todo al Sevilla, que deberá ganar para mantener la segunda plaza del campeonato.

Capello y su equipo festejaron con algarabía, junto a la grada del Santiago Bernabéu, la victoria en la final que habían descrito en la víspera. Sin mucho fútbol, porque no existen las condiciones para ello, pero sí con amor propio, cierta solidez defensiva y la falta de ambición del Valencia, el partido se decantó del lado blanco.

Los jugadores fueron presa de emotivos abrazos finales, conscientes de la dificultad del triunfo, y la comunión con la grada, que despidió con una larga ovación a los suyos, mantiene ese estado de aparente 'felicidad' en el club blanco que ni siquiera la derrota en Santander pudo enturbiar.

Era un partido equilibrado porque el equipo blanco era mejor en la zona ancha, con una buena disposición de Gago y Diarra, y el Valencia apuntaba mayor peligro en la movilidad y destreza de su avanzadilla, con Silva a la cabeza.

GOLAZO DE VAN NISTELROOY

Hasta el gol de Van Nistelrooy, que remató de volea una gran jugada colectiva de los blancos, el Real Madrid había ejercido de local, aunque su dibujo, con dos interiores que no lo son, Robinho e Higüaín, le impedía obtener la fluidez necesaria. Los problemas en la salida de balón eran evidentes cuando Gago no emergía como faro, pero tampoco Quique Sánchez Flores volcó sus esfuerzos en ahogar al argentino.

La ventaja en el marcador transformó los argumentos madridistas. El equipo retrocedió un paso, y entregó la iniciativa al Valencia. Joaquín y Silva, especialmente el andaluz, trataban de indagar en las espaldas de la defensa local, pero Sergio Ramos acudía veloz a cerrar las heridas abiertas por sus laterales hasta que no pudo con la enésima internada del interior diestro.

Joaquín fabricó el empate en el flanco derecho y entregó un centro medido al área que remachó a placer Morientes. El Valencia estaba madurando el partido mientras el Real Madrid se empequeñecía pasito a pasito.

Pero el gol tuvo el efecto contrario al habitual. El Valencia ya no persiguió el partido, y el Real Madrid, con dos nuevos centrocampistas -Guti y Beckham- recuperó el mando. Con casta estrechó las diferencias y a balón parado encontró el premio a su derroche y una vela más camino de su particular mística por disputarle la Liga a dos equipos, FC Barcelona y Sevilla, que se encuentran varios metros por delante en lo futbolístico de los blancos.