ATLANTIC CITY (ESTADOS UNIDOS), 11 Jun. (EP/AP) -
El estadounidense Bernard Hopkins puso fin a su carrera deportiva de 18 años de forma brillante y se mostró como el púgil talentoso de antaño, el sábado, al apuntarse un triunfo por decisión unánime sobre el campeón semipesado Antonio Tarver.
El ex campeón de los medianos, de 41 años, quien subió dos categorías con la esperanza de retirarse obteniendo un triunfo destacado, logró su cometido. Dominó a Tarver, favorito de los apostadores por 3-1, mediante sólidos derechazos, una guardia inteligente y una actitud agresiva en el cuadrilátero.
Hopkins, quien reinó durante 11 años en su división antes de sufrir un par de derrotas el año pasado, maniató a Tarver (24-4) desde el campanazo inicial.
Cuando no sumó puntos mediante sus golpes de derecha, supo mantener a raya a un contendiente más alto. Cada vez que Tarver buscó acercarse, Hopkins lo alejó con rápidas combinaciones de puñetazos o lo sujetó firmemente.
Tarver, quien accedió a pagar 250.000 dólares a un grupo de beneficencia elegido por Hopkins si no lo noqueaba en los primeros cinco asaltos, llegó a ese quinto episodio desesperado por sobrevivir en el combate.
Después de que el monarca fallara un golpe, Hopkins (48-4-1) lo castigó con un derechazo en pleno rostro, que hizo retroceder a Tarver, tambaleante. El árbitro determinó que el campeón cayó, pues puso una mano en la lona mientras trataba de mantenerse en pie.
Los 10.200 espectadores en el Boardwalk Hall eran en su mayoría paisanos de Hopkins, nacido en Filadelfia, y lo apoyaron ruidosamente.
Hopkins mantuvo el control de la pelea en los últimos episodios, cuando esperó a que Tarver atacara y le respondió con combinaciones de cinco o seis puñetazos, persiguiéndolo por las cuatro esquinas.
Tarver, quien actuó recientemente como el rival de Sylvester Stallone para la película "Rocky Balboa", próxima a estrenarse, necesitaba esta vez de un final dramático al estilo de Hollywood, pero no lo consiguió.
Confundido por la actitud agresiva de Hopkins, fue incapaz de cambiar su estilo en los últimos asaltos. Se mostró cauteloso, rara vez acertó sus golpes y pareció incluso carente de interés por atacar a su rival. "No fue mi noche", reconoció. "Hay días así, pero no tengo excusas. Todo el mérito es de Bernard Hopkins".
Hopkins tuvo así una despedida perfecta. Sus hermanas, su esposa y dos de sus profesoras de escuela subieron al cuadrilátero antes de la pelea, y una pantalla gigante mostró las mejores imágenes de su carrera.
El púgil, que alcanzó la fama tras vencer a Félix 'Tito' Trinidad y Oscar de la Hoya, terminó su carrera en el mismo lugar donde comenzó. En 1988, debutó como medio pesado y cayó por decisión ante Clinton Mitchell, en Atlantic City.
