PEKIN, 17 Jul. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Débora Altit) -
A poco más de un año del comienzo de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, las autoridades chinas están acelerando los preparativos para evitar sorpresas desagradables en el tan esperado encuentro.
La última noticia, tras los simulacros anunciados para reducir en un tercio el tráfico de la ciudad y el riesgo de alarmas sanitarias, son unos cohetes que dispersarán las nubes y, con ellas, la posibilidad de aguaceros.
Según ha anunciado el director del servicio meteorológico nacional, Zheng Guoguang, y recoge hoy en su web 'China Daily', los cohetes serán lanzados en las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos.
De acuerdo con Zheng, el simulacro incluirá también un seguimiento meteorológico de las distintas paradas de la antorcha olímpica (que incluye en su recorrido, que con 130 días será el más largo de la historia, al Monte Everest) así como de la ciudad de Qingdao, sede de las competiciones de vela.
El verano es la estación de las lluvias en Pekín y en gran parte de Asia y, según los cálculos, a las ocho de la tarde del 8 de agosto del año próximo existe un 50% de posibilidades de que la inauguración de las Olimpiadas termine pasada por agua.
El 8 de agosto del año pasado, sin ir más lejos, la capital china amaneció gris plomizo y sufrió fuertes precipitaciones durante todo el día. El temor a que la situación se repita en 2008 y se termine, según algunos, haciendo el ridículo, creó una fuerte corriente de partidarios de retrasar los Juegos hasta septiembre, al igual que hicieron anteriormente países como Corea del Sur con otras competiciones internacionales.
Sin embargo, la aparente buena fortuna de la fecha, con su abundancia de números ocho (número de la suerte según la supersticiosa tradición china por su parecido sonoro con 'fa', 'riqueza') terminó pesando más entre el comité organizador.
