MADRID, 21 jul. (EDIZIONES)
En Nizhny Novgorod, Rusia, Marina Martynova, de 27 años, quiso poner a prueba a uno de sus caballos, poniéndole un balancín de madera con forma de caballo en mitad del establo y grabar su reacción.
Para ello, la joven soltó a su caballo Kuzya en la arena donde le esperaba la sorpresa mientras ella, cámara en mano, no se perdió ni uno de sus movimientos.
La reacción de Kuzya fue de sentirse confuso y ponerse a la defensiva. El caballo percibió al juguete inanimado como una competencia y una amenaza potencial y comenzó a rodearlo y olfatearlo sin parar.