MADRID, 16 ene. (EDIZIONES)
Hace cinco años, Laura Cassiday, una mujer de 29 años, de Baltimore, Estados Unidos, inició su andadura voluntaria de querer ayudar a los gatos. Comenzó siendo casa de acogida de muchos de ellos y ha terminado transformando su propio hogar en una residencia de mayores que acoge a gatos mayores y/o enfermos con el único fin de darles una mejor calidad de vida en su ocaso.

A Laura la idea de que los gatos viejos y enfermos tuvieran los días contados en los refugios de su ciudad natal debido a la falta de espacio era algo que no podía soportar. Por ello, decidió acogerlos ella misma hasta que encontraran un nuevo hogar o fallecieran.

Y pronto se le ocurrió la idea de emprender. Así, Laura y su marido Cody pusieron en marcha la residencia de ancianos felinos en su propia casa.

La pareja mantiene y cuida a 10 gatos actualmente (el máximo que pueden permitirse) y han ayudado a más de 100 desde que comenzaron. Su gasto se eleva a 200 Libras al mes en los gatos y todo lo que su cuidado conlleva para mantenerlos. Por ello, se ven obligados a acudir regularmente a la recaudación de fondos para costear las facturas del veterinario.
El objetivo de la residencia de mayores felinos, además de evitar su sacrificio o prolongar y mejorar sus vidas es el de encontrarles un hogar que pueda ofrecerles más amor de que reciben. Y en eso, la pareja de creativos publicitarios son expertos, aprovechando sus conocimientos y aplicándolos a las redes sociales, donde, con ingeniosas descripciones, han logrado colocar a muchos de sus residentes.
