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DESCONECTA, 06 Jun.
Un enorme oso negro se encontraba vagando sin rumbo por una zona residencial en Alligator Point, Florida, cuando los funcionarios de medio ambiente lo localizaron. Tenían que actuar con presteza antes de que el animal pudiese hacerse daño.
La situación se volvió tensa cuando el oso recibió el disparo de un dardo tranquilizante y, desorientado y en estado de pánico, cayó al agua del Golfo y se puso a nadar cada vez más lejos del alcance de los rescatadores. El sueño provocó que el oso empezase a ahogarse.
Fue entonces cuando Adam Warwick, biólogo de la Comisión de Vida Silvestre, no se lo pensó dos veces y saltó al agua bajo la sorpresa de los allí presentes.
Adam se dirigía al oso con el único fin de sacarle la cabeza del agua y rescatarle de un trágico desenlace.
En un momento de impulso motivado por la adrenalina, el ser humano pierde la noción de lo que es posible y no es posible hacer y Adam tenía complicado poder sacar a un oso de tamañas dimensiones por su propio pie y con las fuerzas que puede tener un hombre en un medio que no es el habitual para él.
Aun así, los esfuerzos del biólogo no fueron en vano y consiguió mantenerse a flote con el oso a cuestas. Una vez en la orilla, el equipo de rescate tuvo que utilizar un tractor para transportar al animal de vuelta al Osceola National Forest, de donde se había escapado.
