MADRID 18 Dic. (EUROPA PRESS) -
Que un perro lama a una persona es un gesto tan común que rara vez se cuestiona. Para muchos dueños es una muestra clara de cariño; para otros, una conducta molesta que no siempre saben cómo interpretar. Sin embargo, detrás de este comportamiento hay más razones de las que parece y no todas tienen que ver únicamente con el afecto.
El lamido forma parte del repertorio natural de comunicación de los perros. Veterinarios y expertos en comportamiento animal explican que se trata de una conducta normal, aprendida desde los primeros meses de vida, que cumple distintas funciones según el contexto, la intensidad y el momento en el que se produce.
UNA CONDUCTA QUE APRENDEN DESDE CACHORROS
Los perros empiezan a lamer desde sus primeros días de vida. Los cachorros lamen a su madre para llamar su atención y, en la naturaleza, incluso para estimular la regurgitación de alimento. Este gesto temprano se mantiene en la edad adulta como una forma básica de interacción social.
Cuando un perro lame a una persona, muchas veces está trasladando ese mismo comportamiento a su relación con los humanos, a quienes percibe como parte de su grupo social.
UNA FORMA DE MOSTRAR AFECTO Y VÍNCULO
En muchos casos, el lamido sí es una muestra de cariño. Según explican especialistas, los perros pueden lamer para saludar, reforzar el vínculo o expresar cercanía, especialmente con personas con las que se sienten seguros.
Este comportamiento suele aparecer en momentos de calma, al llegar a casa o durante el contacto físico, y va acompañado de otras señales corporales relajadas, como mover la cola suavemente o apoyar el cuerpo.
TAMBIÉN ES UNA FORMA DE COMUNICARSE
Lamer no siempre significa "te quiero". En el lenguaje canino, este gesto puede expresar sumisión, apaciguamiento o incluso una petición. Algunos perros lamen cuando perciben tensión o cuando quieren evitar un conflicto, como una forma de indicar que no representan una amenaza.
En otros casos, el animal ha aprendido que lamer genera una respuesta positiva -caricias, atención o palabras amables- y repite el comportamiento porque obtiene una reacción favorable.
CURIOSIDAD, OLORES Y SABORES
La lengua es una herramienta sensorial clave para los perros. A través del lamido exploran olores, sabores y texturas. La piel humana, con su mezcla de sudor, cremas o restos de comida, puede resultar especialmente interesante para ellos.
Por eso, algunos perros lamen manos, cara o piernas sin que exista una intención afectiva clara, simplemente como parte de su exploración del entorno.
CUANDO EL LAMIDO AYUDA A CALMARSE
En determinadas situaciones, lamer puede tener un efecto calmante. Veterinarios explican que algunos perros utilizan este gesto para autorregularse, reducir el estrés o canalizar nerviosismo, especialmente ante cambios en la rutina o momentos de excitación excesiva.
Si el comportamiento es puntual, no suele ser motivo de preocupación.
CUÁNDO CONVIENE PRESTAR ATENCIÓN
Los expertos advierten de que el problema aparece cuando el lamido es constante, insistente o difícil de interrumpir. En esos casos, puede estar relacionado con ansiedad, aburrimiento o conductas compulsivas, sobre todo si se repite siempre hacia la misma persona o zona del cuerpo.
Si el comportamiento se intensifica o va acompañado de otros signos, como inquietud, destrucción de objetos o cambios en el apetito, conviene consultar con un veterinario o un especialista en comportamiento animal.
¿HAY QUE DEJAR QUE UN PERRO LAMA?
Depende del contexto y de la persona. Desde el punto de vista del perro, es una conducta natural. Desde el punto de vista humano, puede resultar incómoda o poco higiénica, especialmente si se dirige a la cara.
Los especialistas recomiendan marcar límites con calma y coherencia, sin castigos. Redirigir la conducta o retirar la atención suele ser más eficaz que reñir al animal.