Actualizado 22/08/2017 13:51

"La timidez de los árboles", un fenómeno tan curioso como fascinante

Timidez de los árboles
WIKIPEDIA

EDIZIONES, 22 ago.

Si te adentras en un bosque frondoso y miras hacia arriba te puedes encontrar con que los árboles parecen no querer tocarse, como si se respetasen, formando unas rendijas entre sus copas por las cuales la luz penetra para hacer aún más evidente esa "timidez" entre ellos. La escena nos puede parecer extraña y un tanto curiosa pero se trata de un fenómeno natural científicamente denominado como timidez de los árboles.

Este dato curioso -y en parte desconocido- de nuestra naturaleza cautivo la atención de muchos usuarios en Twitter, a raíz de que el usuario @juanp2112 hablara de ello en la red social y compartiera dos fotografías como estupendos ejemplos ilustrativos: la primera fotografía correspondería a un bosque de alcanfores de Borneo ubicado en Kiala Lumpur (Malasia). La segunda es un bosque localizado en la plaza San Martin de Buenos Aires (Argentina).


"La "timidez" es en botánica un fenómeno por el cual ciertos árboles mantienen entre ellos una distancia llamada "grieta de timidez"", decía el tuit que recibió más de 32.000 retuits y más de 60.700 'me gusta'.

Aunque en un primer momento nos pueda parecer una mera casualidad o una curiosidad asilada, lo cierto es que este fenómeno tiene cierto recorrido en la historia de la botánica a lo largo del siglo XX. Como bien explica el usuario, la timidez de los árboles (en inglés, shyness o intercrown spacing) es un fenómeno observado en algunas especies arbóreas, por el cual las copas de los árboles frondosos no se tocan entre sí, formando un dosel con brechas.


Existen muchas hipótesis de por qué la timidez entre árboles se da en algunas especies pero la causa fisiológica exacta es aún incierta. Una de las teorías más populares, sugiere que el espacio formado entre los árboles sería el resultado natural de sus propias limitaciones (las hojas y ramas chocaban y dejaban de crecer). Sin embargo, otras teorías hablan de una separación "consciente" y exponen que esa "timidez" es fruto de una competición entre árboles por la mejor luz.

Sea como fuere, este curioso fenómeno no deja de tener un punto de vista -en contrapicado- realmente fascinante. ¿No creéis?