EDIZIONES, 15 Mar.
Cuatro días después de la interrupción televisiva más viral y entrañable de lo que va de año, el profesor y experto en política de Corea, Robert Kelly, concede una entrevista a Wall Street Journal, esta vez acompañado de su familia.
En esta ocasión, Kelly aparece junto a su esposa e hijos con un semblante mucho más relajado y cercano para hablar delante de las cámaras de lo que sucedió aquel día. Lo hacen en el mismo despacho que Kelly utilizó para la videoconferencia con BBC News, pero esta vez no hay cama con libros y todo parece más despejado. Hasta ellos mismos.
"He visto el vídeo como el resto del mundo. Es terriblemente divertido", confesó el profesor a Wall Street Journal. Es consciente de la repercusión que el incidente ha tenido en todo el mundo, algo que le ha obligado, incluso, a desactivar las alertas de sus redes sociales debido a la avalancha de comentarios y menciones de los usuarios.
Su mujer, Kim Jung-A, sentada a su lado, también contó lo que pasó por su mente cuando reaccionó de esa manera.
Todo comenzó cuando Marion, la hija de 5 años del matrimonio, vio a su padre salir por la televisión en otra de las habitaciones. Aquel día estaba muy emocionada porque aquella misma mañana había celebrado su fiesta de cumpleaños en el colegio. En un abrir y cerrar de ojos, la niña aparecía divertida en escena en mitad de la entrevista de su padre con la BBC sobre la destitución de la presidenta surcoreana. Y detrás de ella, su hermano James al que le gusta perseguirla.
En el momento en que Kim vio a su hija aparecer en pantalla se percató de lo que estaba sucediendo, aunque lo hizo con segundos de retraso con respecto a lo que en ese momento estaba sucediendo. "Fue un caos para mí", dijo. "La escuché irse pero no la veía a mi alrededor y entonces miré la puerta", explicó. Normalmente la puerta del despacho siempre está cerrada, pero esta vez no.
"Cuando escuché chillar a James sabía que todo había acabado", recuerda Kelly. Al terminar la entrevista volvió a su vida, a atender a los niños y a prepararse para sacar la basura, aunque entre sus temores estaba el que no le volvieran a llamar de BBC News.
Una vez pasada la tormenta llegó la calma para esta familia. El vídeo había causado furor y levantado simpatías no solo entre el público, sino también en la cadena británica. Ahora, con el paso de los días Kelly reconoce que el vídeo es bastante épico, "es como una comedia de errores" que les han dejado a él y a su mujer gran cantidad de buenos momentos.
